Pablo TUÑÓN

Su actividad estaba siendo investigada por la Procuraduría General de la República de México, pero ha sido una denuncia anónima la que ha terminado por motivar la detención del «Maestro Fénix», Ignacio González de Arriba, el gijonés erigido como «reencarnación de Jesucristo» y líder de la secta de los Defensores de Cristo. Trabajadores del Instituto Nacional de Migración de México, apoyados por efectivos de la policía federal, practicaron la detención de los miembros de la secta en una finca situada en Nuevo Laredo, en el estado de Taumalipas, en el kilómetro 14 de la carretera nacional.

La noticia saltó ayer en los medios digitales del país mexicano tras ser publicada en la web de «El Universal», uno de las principales cabeceras mexicanas. El delegado del Instituto de Migración en la zona, Carlos Alberto Franco Chávez, fue quien explicó que la desarticulación de la secta, sobre la que pesa una denuncia de la Red de Apoyo a Víctimas de Sectas, se produjo tras la denuncia anónima, que puso en alerta a las autoridades de la presencia de extranjeros en la finca de Nuevo Laredo. Los trabajadores del Instituto de Migración se sorprendieron al darse cuenta de que la finca, cuyas puertas estaban cerradas con cadenas, servía de centro de actividades de una secta. «Pensábamos que era una casa de seguridad», explicó Franco Chávez, que también desveló algún detalle de la operación: «Nos llama la atención que las personas traían la ropa sucia, desgarrada, no tenían higiene. Dado esto dimos aviso a la Procuraduría para que ellos integraran su averiguación por el probable delito de trata de personas», mencionó el funcionario.

Según «El Universal», en la finca las camas eran una especie de cajones montados unos sobre otros «a modo de gallinero» y «estaban en pésimas condiciones de higiene». Además del líder gijonés de la secta, Ignacio González de Arriba, entre los 24 detenidos había cinco menores y catorce oriundos de Brasil, España, Argentina, Ecuador, Venezuela y Bolivia. Ahora, la Procuraduría les tomará declaración y decidirá qué delitos les imputa.

P. T,

La actividad de la secta liderada por el asturiano Ignacio González de Arriba se ha visto enturbiada por testimonios de sus víctimas. Según cuentan los que han vivido con los Defensores de Cristo, González de Arriba, el «Maestro Fénix», cuyos seguidores le atribuyen un gran parecido físico con la cara de Cristo de la Sábana Santa, obligaba a las mujeres que entraban a formar parte de la secta a acostarse con la élite de la misma, los llamados apóstoles. Entre ellos están un hombre de Fuengirola, que se hace llamar Tito Mernissi, y el venezolano Losanger José Arenas. Precisamente entre las nacionalidades de los detenidos están la española y la venezolana.

A cambio de promesas de mejorar sus vidas con milagros, las víctimas de la secta debían abonar importantes sumas de dinero. Según el testimonio de algunas de las personas que lograron salir de la agrupación liderada por González de Arriba, hubo hasta quien donó un riñón para la secta. El Mesías falsario gijonés aparece en fotografías acompañado por dos mujeres, su supuestas dos esposas, una mexicana y una brasileña. Además, el «Maestro Fénix», al que también atribuyen milagros en la propaganda difundida por sus seguidores, contaría con concubinas. Entre los delitos a los que deberá hacer frente González de Arriba y que han sido denunciados por la Red de Apoyo de Víctimas de Sectas, podrían estar el de asociación ilícita y trata de personas, entre otros.

La secta de los Defensores de Cristo comenzó a funcionar en México en 2010, tras autoproclamarse González de Arriba reencarnación del Mesías. Sin embargo, antes de cruzar el Atlántico, el asturiano manejó dos empresas desde dos inmuebles en Gijón. Una de ellas, Fénix Corp S. L., con sede en la calle Álvarez Garaya; y la otra, Proyecto Market 2000, en la calle Eulalia Álvarez. Por aquel entonces, ya se publicitaba en internet como autor del «Manual samurái», «sacerdote cristiano» y «Doctor of Divinity», además de creador de la «bioprogramación», una fórmula para hacer millonarias a personas elegidas. En internet circulan numerosas quejas contra González de Arriba por estafa por un curso en comercio electrónico que vendía prometiendo a los que lo pagaban grandes éxitos económicos. Asimismo, Hacienda le siguió al no hacer frente a sus deudas con la Administración su empresa Fénix Corp S. L.