A. RUBIERA

El Hospital de Cruz Roja vuelve a ser un balón de oxígeno para la desatada lista de espera de pacientes del área pendientes de pasar por quirófano en Cabueñes. El centro sanitario concertado cerró el mes de enero, tradicionalmente flojo de actividad quirúrgica, con un rendimiento en sus quirófanos que roza la máxima potencialidad. Algo menos de 600 operaciones son el mejor indicador de que el Servicio de Salud del Principado ha vuelto a mirar hacia este dispositivo de la calle Uría para ganar capacidad de resolución. Y no sólo en el caso de pacientes del área V (Gijón, Carreño y Villaviciosa); también de otras más alejadas. Es el caso de unos 300 enfermos del Hospital Valle del Nalón, de las especialidades de traumatología y oftalmología, que desde mediados de diciembre hasta finales de este mes de febrero acabarán pasando por Cruz Roja para resolver operaciones de prótesis y cataratas. En todos los casos los pacientes tuvieron que dar primero la autorización de que aceptaban el desplazamiento a Gijón.

Pero para la gerencia de Cruz Roja si buena es la colaboración con otros hospitales de la red pública asturiana, mejor aún es que nuevos servicios del Hospital de Cabueñes, su centro nodriza, cuenten con las dependencias de la calle Uría para una programación sistemática de trabajo. Y esas incorporaciones ya están sucediéndose.

Así, a partir de ahora el servicio de dermatología de Cabueñes, uno de los que soporta mayores cifras de demanda y de lista de espera, va a programar operaciones en Cruz Roja. Este servicio tendrá así tres sedes quirúrgicas: la Casa del Mar -donde está la sede de la plantilla médica y donde se llevan a cabo intervenciones de menor exigencia quirúrgica-; Cruz Roja -para un segundo nivel de complejidad- y Cabueñes -para lesiones mayores y cirugías que puedan requerir colaboración de otros servicios-. Además de dermatología, también el servicio de cirugía general de Cabueñes va a contar con los quirófanos de Cruz Roja para operar allí algunos de sus casos, al menos dos días por la tarde.

«Ha sido un mes de buena actividad, sin casi camas vacías ni en cirugía ni en geriatría», reconoció el gerente, Pedro Herce. Herce confía en que el de ahora no sea sólo un arreón para depurar esperas que dure unos meses, «y se pueda hacer una planificación del año que sea buena para todos».

Y todo ello con la cautela debida, ya que por ahora no está firmado el convenio de actividad para 2013 entre Cruz Roja y el Sespa y el riesgo de que el Principado pida a los centros concertados hacer más actividad pero a menos coste está latente y podría ser un golpe mortal.

El incremento de trabajo en Cruz Roja ha llevado al centro a iniciar la contratación de personal eventual, pero dada la incertidumbre sobre el tiempo que durarán las derivaciones del Sespa o el coste de los servicios que finalmente impondrá el Principado esas incorporaciones de plantilla son casi en precario, por períodos de tiempo muy cortos y sin garantías de estabilidad. Desde la gerencia reconocen que no es la situación ideal, pero el riesgo que se asume es determinante para que no se puedan ofrecer mejores contratos a los eventuales.