Portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias

M. CASTRO

Fructuoso Pontigo Concha, de 51 años, es el portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, que denunció ante la fiscalía de medio ambiente la supuesta nube contaminante de Arcelor-Mittal durante el arranque del horno alto B de Veriña, en enero. Considera que la clave para que el fiscal decida si hubo una posible infracción penal o es un asunto meramente administrativo será si en los días siguientes al arranque se constata un aumento en la incidencia de problemas respiratorios en Gijón. «Este caso es sangrante. Arcelor no ha dicho todavía ni "mu" del incidente de la nube tóxica, pero sí está pagando los daños de los vehículos, lo que es un reconocimiento ex profeso, pero no lo dicen públicamente. Y, claro, que alguien considere, como dice la Alcaldesa, que la empresa colabora...», señala.

-¿No es un caso meramente accidental?

-Si es un accidente, como ellos dicen, lo tendrían que reconocer públicamente. Pero aquí lo que pasa es que los que tienen que vigilar no vigilan y las empresas hacen lo que les da la gana. Arcelor está contaminando continuamente porque tienen las instalaciones obsoletas, y se le permite que continúe así y nos tome el pelo.

-Es una empresa de la que dependen muchos empleos.

-¿Hay que dejar que una empresa esté en precario sin cumplir con el medio ambiente? ¿Hasta dónde vamos a llegar? Es significativo lo que pasó con las baterías de coque, que tenían que haber cerrado hace muchos años y estuvieron dando largas, primero porque la empresa decía que las iba a reparar, después que iba a hacer otras nuevas y ahora va a acabar cerrándolas sin cumplir ningún compromiso. No podemos permitir esa precariedad. La disculpa era que igual las cerraban y así estuvimos años. Pues, al final, las van a cerrar igual.

-¿Cree que la empresa puede acometer las mejoras que demandan con la crisis actual?

-Ése es un chantaje sistemático que la empresa hace con la bendición de algunos sindicatos. Si dicen que ahora pierden dinero, la pregunta es por qué no invirtieron cuando lo ganaban a raudales. Que nos digan qué inversiones se acometieron desde que se privatizó la empresa por una peseta y cuáles fueron los beneficios. Igual alguno se sorprende. Y lo que digo no es sólo aplicable a Arcelor, sino también a otras industrias. Por ejemplo a Asturiana de Zinc, con el mayor episodio de intoxicación de trabajadores por mercurio en Europa en décadas y con algunos sindicatos diciendo que todo está bien. Y Asturiana de Zinc pretende echar en Gijón, en Cenero, los residuos de la fábrica, el jarofix, en los que el mercurio y otros metales pesados están presentes. Es cierto que es un material estabilizado, pero ¿cuánto tiempo va a resistir con la cantidad de lluvia que hay en Asturias?

-¿Qué importancia tiene la contaminación?

-El problema es grave. Prueba de ello es que la Organización Mundial de la Salud está pidiendo medidas de reducción de la contaminación. Y se trata de un problema de salud, porque los vecinos padecen la contaminación todos los días. Los datos sanitarios son crueles.

-¿Eso es atribuible a la contaminación?

-Una parte de ello, y eso no lo dice la Coordinadora Ecologista, eso lo dicen médicos. Recientemente, en el Club Prensa de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés una profesora de la Universidad de Oviedo presentó un estudio sobre la incidencia en niños y mujeres embarazadas de la contaminación por benceno, que tiene que ver con las baterías de coque, y los datos en Asturias eran los peores de España. La contaminación es un problema grave, que provoca problemas respiratorios e incluso cánceres.

-Usted plantea que el Ayuntamiento cierre una industria si no cumple con la normativa de emisiones contaminantes. ¿No sería una medida un tanto radical?

-Las licencias municipales están condicionadas a los cumplimientos, también ambientales, y el Ayuntamiento puede advertir a la empresa de que está incumpliendo las condiciones y requerirle que lo arregle. Pero el Ayuntamiento de Gijón mira para otro lado y da por buenos los datos que le da Arcelor. También la Consejería. Si son buenos, ¿por qué no los hacen públicos?

-¿Y el fallo de la estación de medición del Principado en la avenida de la Argentina el día del encendido del horno alto?

-Estoy convencido de que taparon los datos porque daban una lectura disparada.

-¿Son fiables esas estaciones de medición?

-Sí, otra cosa es dónde se ubiquen. El Principado está estudiando cambiar la ubicación de las estaciones para que den medidas buenas. Si se llevan la de La Calzada, que es la que recoge un nivel de contaminación mayor, y la ponen en otra zona, sería como reconocer que no van a conseguir que haya ahí buena calidad del aire. Eso ya ocurrió en Avilés, pero allí desalojaron a los vecinos y crearon un cinturón verde expropiando a los vecinos y reconociendo que no era una zona habitable. Pero en Gijón no hacen eso y, además, siguen dando licencias de construcción en el entorno de El Cerillero, que es la zona más cercana al foco de contaminación.

-Ustedes fueron unas de las voces más críticas con la ampliación de El Musel y la construcción de la regasificadora.

-Iba a ser el futuro de Asturias y ahora estamos empufados con el puerto muerto de risa y la regasificadora que no vale para nada. Todo el dinero que se dilapidó ahí se podía haber destinado a otras cosas de más provecho, como el nuevo Hospital Central, que está sin equipamientos porque no alcanzó el dinero.