R. GARCÍA / L. Á. VEGA

Dos vecinos de Gijón -J. M. N. L., de 51 años, y J. R. M., de 49- fueron ingresados a primera hora de la mañana de ayer en el Hospital de Cabueñes después de intentar quitarse la vida en una vivienda situada en el número 41 de la avenida Hermanos Felgueroso. Los heridos -que se autolesionaron con armas blancas a última hora de la tarde del pasado martes- aseguraron posteriormente en conversación con este periódico que la mala situación económica les había llevado a tomar esta drástica decisión para no convertirse «en una carga» para sus familiares. «Decidimos que antes de pasar hambre preferíamos cerrar», manifestó J. R. M. desde su cama del hospital. En su caso no fue un desahucio lo que les empujó a intentar, sin éxito, quitarse la vida, sino la perspectiva de iniciar una espiral de miseria y deterioro al no poder vender el único patrimonio que les queda: el piso de la madre de ella.

La alarma saltó en la Jefatura de la Policía Local alrededor de las ocho y media de la mañana. El hombre de la pareja se personó en las dependencias municipales para advertir a los agentes del intento de suicidio. La noticia ya corría entonces como la pólvora por el barrio. «Yo los vi paseando por aquí, por Hermanos Felgueroso, de camino a casa a eso de las nueve de la noche, cuando cerraba la tienda. Iban con un ramo de rosas cada uno en la mano y pensé que lo llevaban para ir al cementerio al día siguiente a ver a la madre de él, que murió hace ahora dos años», explicaba poco después del suceso la dueña de una tienda cercana, que se mostró «muy impresionada».

Los agentes de la Policía Local aseguran que el herido había enviado el pasado martes por la tarde una carta a la Jefatura con el objetivo de que los agentes la recibieran dentro de unos días y «fueran a recoger su cuerpo sin vida y el de su mujer». Poco después, ya por la noche, los dos vecinos de El Coto se autolesionaron con un arma blanca, comprobando, al despertar ya en la mañana de ayer, que no habían podido acabar con sus vidas. Fue entonces cuando J. M. N. L., con evidentes muestras del suceso, puso el asunto en conocimiento de los agentes.

Hasta el domicilio de la pareja se desplazaron en un primer momento varias patrullas de policías municipales, así como sanitarios de emergencias médicas. Los facultativos rescataron a la mujer -que tuvo que ser evacuada en camilla- y la llevaron junto con su marido al Hospital de Cabueñes, donde la pareja quedó ingresada en un primer momento, aunque horas más tarde las complicaciones que presentaban sus heridas obligaron a su traslado al Hospital Central de Asturias.

«Estamos cansados de luchar. Estoy asustada de lo que he llegado a hacer», señalaba compungida la mujer ayer poco antes de recibir una transfusión de sangre. Ella, historiadora del arte y a su vez artista, llevaba sin trabajar desde finales de 2011. «Fueron cuatro meses, pero antes había estado mucho tiempo en el paro», indicó a este periódico, postrada en la cama hospitalaria. Él, electricista, estuvo trabajando hasta hace unos meses en el Ayuntamiento de Gijón, un empleo de poco dinero. «Esta crisis nos ha cogido exhaustos, sin fuerzas. Llevamos 24 años buscándonos la vida, de trabajo en trabajo, de ciudad en ciudad», confesó la mujer entre lágrimas recordando cómo su marido había dejado un empleo fijo en Ensidesa y concluyendo que «no nos queríamos ver mendigando. No lo hemos hecho para llamar la atención».

La pareja vive actualmente de alquiler y tiene además un piso a la venta. Lo heredó la mujer de su madre, ya fallecida, que sufría la enfermedad de Alzheimer y a la que había estado cuidando en los últimos años de vida.