Un establecimiento gijonés, Café Luna, ha sido el primero en Asturias en adherirse a la iniciativa 'Cafés Pendientes', por la que cualquier cliente puede dejar pagada una taza para que se la tome en cualquier una persona necesitada o con pocos recursos, ha confirmado a Europa Press Cristian Morán, uno de los camareros.

Morán ha explicado que fue su jefa quien supo de la iniciativa y decidió ponerla en marcha. Este pasado martes colgaron ya, tanto en el exterior como en el interior del local, el distintivo de 'Cafés Pendientes', y este miércoles ya una persona ha dejado una taza pagada.

Aunque por el momento no ha venido nadie a tomarse ese café, Morán confía en que se extienda la noticia y la gente sin recursos sepa que pueden acudir allí. Es más, ha indicado que, para que no sea el café solo, el establecimiento les pondrá algo extra, como pueda ser un trozo de bizcocho, a modo de desayuno o merienda.

"Se ve cuando una persona lo necesita", ha indicado a preguntas de cómo sabrán si la persona es valedora o no de ese café, antes de añadir que hoy en día hay gente en la calle, personas a las que echan de sus casas. "La gente tendrá conciencia", ha apostado sobre el éxito de la iniciativa.

De hecho, para que esta salga adelante, al margen de los carteles que tienen puestos, informan a los clientes de la iniciativa y que es para ayudar a la gente necesitada. El café, en este establecimiento ubicado en el número ocho de la calle de Severo Ochoa, cuesta un euro, el normal, y 1,10 euros el mediano. "Espero que la gente se conciencie", ha vuelto a desear, así como que la iniciativa se extienda por más lugares.

Además de Gijón, se han sumado a la iniciativa locales de A Coruña, Madrid, Valencia, Tarragona, Tenerife, Torredembarra y Vila-Real, aunque las redes sociales se están encargando de extender la noticia rápidamente, por lo que ya hay quien anuncia su intención de ponerla en práctica en su establecimiento.

Según la Web de la iniciativa (http://cafespendientes.es/), "este tipo de caridad apareció por primera vez en Nápoles". Allí la gente pagaba anticipadamente el café a alguien que no puede permitírselo y algunos incluso la comida. Una costumbre que se ha extendido a varias ciudades y países del mundo. En la propia Web se puede apuntar el local que lo desee y descargarse el cartel identificador.