R. GARCÍA

El pasado 11 de abril, una adolescente de 14 años se quitó la vida lanzándose al mar desde La Providencia. Su madre ha denunciado ante la Fiscalía de Menores y el Juzgado de instrucción número 3 de Gijón a cuatro compañeras del colegio, a las que acusa de «inducir al suicidio» a su hija. La abogada de la demandante asegura en el escrito presentado ante las autoridades judiciales que las menores «acosaban» a su víctima. En la demanda se pide, además, que se investigue la responsabilidad penal en la que habrían podido incurrir los responsables del centro educativo.

La letrada asegura en su escrito que «el acoso era harto conocido en el colegio y por la mayoría de los compañeros de la fallecida. Su madre sabía que su hija tenía problemas en el colegio, pero no de la entidad que se está conociendo y las trágicas consecuencias que ha tenido», concluye. La menor, que supuestamente también sufría problemas en el ámbito familiar, acudía a la consulta de una psicóloga del centro de salud Puerta la Villa. Los problemas de la joven arreciaron poco después de que se iniciara el actual curso escolar. La abogada mantiene que en el mes de septiembre la madre de una compañera de la niña ya alertó de lo que estaba sucediendo.

«La madre de otra alumna llamó a la denunciante para preguntarle por su hija y para decirle que la niña se había hecho cortes en los brazos», se asegura en la demanda. La mujer acudió al día siguiente al colegio para denunciar el acoso que supuestamente sufría su hija. La tutora de la menor habría informado posteriormente a la madre de otro episodio violento que ocurrió en el mes de febrero. En el escrito presentado al Juzgado se recoge que «se tuvo conocimiento de una agresión por parte de otros niños que tuvo lugar en el colegio y en donde la joven hubo de encerrarse en el baño junto con otra compañera que la estaba ayudando». La madre mantiene que la dirección del colegio no informó a la familia de las ausencias de la menor a pesar de que había acordado hacerlo.

Los Servicios Sociales estaban al tanto de la situación que vivía la joven fallecida. De hecho, la orientadora que seguía el caso ha enviado ya varios informes acerca de la situación de la joven, vecina del barrio de Moreda, al Servicio de Atención a la Familia de la Comisaría de Policía de El Natahoyo. Los agentes de este departamento serán ahora los encargados de investigar el caso.

La abogada demandante acusa a varias menores del mismo colegio de la comisión de los delitos de inducción al suicidio, lesiones, amenazas, coacciones y tortura, así como de otros delitos contra la integridad moral, al tiempo que solicita que se interrogue a los denunciados y que se remitan varios documentos al Juzgado en los que se reflejen, por ejemplo, las faltas de asistencia de la joven al centro.

La madre de la fallecida denuncia también la desaparición del móvil de la niña. Al parecer, la adolescente «le dio la contraseña de su teléfono a una amiga, indicándole que en el móvil estaba todo explicado y que lo iba a necesitar al día siguiente».

La adolescente que decidió acabar con su vida había manifestado a través de las redes sociales que estaba pasando malos momentos. Hace varias semanas, la joven dejaba ver en Facebook su pesar por la muerte de una de sus mejores amigas, la niña gijonesa fallecida en septiembre del pasado año con sólo 13 años como consecuencia de los efectos secundarios de la vacuna contra el virus del papiloma humano.

La abogada que defiende ante los tribunales los intereses de la madre de la menor acompaña su denuncia con varias declaraciones de las denunciadas en las redes sociales en las que, a su juicio, se muestra el «maltrato» al que sometían a la menor. En esos mensajes se recoge como, tras el fallecimiento de la niña, el resto de compañeras del colegio al que acudía la menor se hacían eco de lo sucedido reconociendo los problemas, pero exculpando en varias ocasiones a una joven que había tenido problemas con la fallecida. «El tiempo ya está pasado y su relación como amigas había vuelto a formarse, aunque ya no era como siempre. La chica debió tener muchos más problemas para suicidarse de esta manera. Era su amiga y la conocía y tenía problemas en casa y en la escuela», asegura una de las denunciadas.

Los adolescentes describen además en sus conversaciones en las redes sociales supuestas escenas de tensión vividas en las inmediaciones del centro comercial San Agustín, lugar de encuentro habitual de jóvenes gijoneses durante las tardes de los fines de semana. Unas situaciones tensas que algunos llegan a ver como normales: «¿Qué es que vosotros no tenéis gente que os cae mal y con la que os habéis pegado y os habéis insultado? ¿Y por eso sois unos asesinos?». Otros reconocen, sin embargo, que «todo el colegio se metía con ella».

«Cuando no puedes más, cuando ya estás harta, cuando piensas que el mundo está en contra de ti, cuando ves todo de mala manera, cuando piensas y te sientes mal, cuando están día tras día riéndose de ti, puedes llegar a estos extremos», reconocían varios de los amigos de la fallecida a través de internet, a la vez que definían a la adolescente fallecida como una niña «muy fuerte que aguantó hasta el último día».

El caso, sobre el que los familiares directos de la joven fallecido no han querido realizar declaraciones, queda ahora en manos tanto de la Fiscalía de Menores como del magistrado presidente del Juzgado de instrucción número 3 de Gijón, el que se encontraba de guardia en el momento en el que se presentó la denuncia.