Empresarios soviéticos se han puesto en contacto con una agencia inmobiliaria local en busca de viviendas de lujo que puedan encajar en el mercado ruso. Interesan las viviendas grandes, que tengan alguna característica «especial» con la que captar la atención de un tipo de consumidor deseoso de invertir en caprichos, «ya sea un ático con vistas al mar o un chalé en un entorno exclusivo». El precio de partida: 600.000 euros.

Lo que «antes era impensable», según el director comercial de la agencia Álvarez, que desde hace varios meses mantiene colaboraciones puntuales con inmobiliarias internacionales, «ahora ya no lo es tanto». Javier Gutiérrez lo atribuye a las circunstancias económicas, que han ido desinflando los precios de la vivienda hasta el punto de que, en algunos países del extranjero, especialmente aquellos donde abundan los nuevos ricos, empieza a cundir la idea de que comprar residencia en España puede resultar una ganga.

La costa del Sol y el Mediterráneo son los destinos más solicitados. Pero también hay interés por el litoral asturiano, especialmente Gijón, donde ya se están buscando inversiones inmobiliarias a personas procedentes de los Emiratos Árabes, Rusia, Alemania o Inglaterra. «Lo cierto es que aquí se pueden encontrar productos muy interesantes y a muy buenos precios. Sin duda, éste es un buen momento para comprar vivienda», asegura Javier Gutiérrez.

En el entorno de Somió, se cerraba hace algunos meses una operación con un comprador extranjero -que ha pedido máxima discreción- por más de un millón de euros. Es el comienzo de una nueva tendencia, aunque «la demanda extranjera siga siendo todavía anecdótica», puntualiza Verónica Álvarez, al frente de la agencia Asturias, otra de las grandes firmas del sector.

Como caso más llamativo aporta el de una familia de Dubai (Emiratos Árabes) que quiere comprar una casa con vistas al mar y a la montaña. La agencia de Verónica Álvarez cree que se puede dar respuesta a este requisito en territorio gijonés, aunque también baraja localidades como Llanes y Lastres. La ubicación privilegiada no es, ni mucho menos, la única condición del potencial comprador, que pide un mínimo de cinco habitaciones y tres baños, finca de al menos 2.000 metros cuadrados y mucha privacidad.

Aunque no ha puesto límite de precio, se están mirando viviendas unifamiliares en torno a los 750.000 euros, una cantidad más que considerable para asegurar unas prestaciones de lujo. «Buscamos casas de nivel, amplias, que no necesiten acometer ninguna reforma y, sobre todo, que tengan privacidad», incide quien está tratando de darle con el gusto a este inversor de Dubai, que conoció el Principado a través de una amistad y ahora ve Gijón como un destino donde pasar temporadas.