A. R.

Asturias suma argayos de Norte a Sur y de Este a Oeste. Casi al tiempo que la Autovía del Cantábrico quedaba cortada, el jueves, por un importante derrumbe a la altura de Colunga, en la parroquia gijonesa de Baldornón también había vecinos mirando para las laderas. En concreto para una del Gañón, que se desmoronaba de imprevisto provocando que tierra, madera y maleza quedarán depositados en el río Meredal, a pocos metros del puente del Gañón.

El argayo afectó además a una instalación del tendido telefónico, sin llegar a cortar la línea, y supone también un cierto riesgo para la carretera vecinal que une Santolaya con Quintana. José Manuel Vallina, que vive con su familia en la zona, fue quien dio aviso de lo sucedido a los representantes vecinales para que, a su vez, se pusiera lo sucedido en conocimiento de las autoridades municipales y de los responsables de la Confederación Hidrográfica. «Es el momento para que vengan a mirar esto; habría que limpiar bien el río porque se está acumulando madera y troncos, algunos grandes que casi ni se sabe de dónde salieron, que pueden quedar atravesados en el puente impidiendo que el agua del río discurra como debiera», explica Vallina. Y eso es un peligro, como bien sabe esta familia que «hace 18 años», tal como recordaba ayer José Manuel Vallina, ya sufrió las consecuencias del taponamiento del puente y la crecida del río, con una desastrosa inundación que afectó a su casa -ubicada anexa al Molín del Gañón-, a la finca y a enseres como el tractor agrícola. Y que obligó a una importante inversión en la zona. «Lo que hay que evitar es que el río haga presa, y lo que hemos notado es que ya no desagua como debiera», sostiene este gijonés.