Quince minutos a la semana para cambiar la conducta que alimenta el insomnio. Es la sintética propuesta que se ha alzado ganadora del premio de la XXI edición de póster científicos convocada por el hospital de Cabueñes y que ayer fue presentada en el salón de actos del citado centro por tres de sus autoras: Ana Gancedo, Sally Salinas y Angélica Gutiérrez.

Las tres médicas de familia, que junto con el compañero Pablo González elaboraron el estudio mientras trabajaban en los centros de salud de El Llano y Contrueces, han constatado mediante un ensayo clínico la efectividad de llevar a cabo en los centros de salud pequeñas intervenciones o «lecciones» educativas, de 15 minutos a la semana, en pacientes con insomnio. Lecciones que incluyan aspectos instructivos sobre la higiene del sueño, el control de estímulos, técnicas de relajación y de respiración, y que son una alternativa más eficaz para solucionar esos problemas de sueño y descanso que la simple receta de psicofármacos. Y con muchos menos riesgos.

Porque el problema del insomnio no es un problema menor ya que, como ayer recordaron las premiadas, «es una de las consultas más frecuentes en Atención Primaria, y se ha convertido en un importante problema de salud pública con un elevado coste humano y económico. Hasta un tercio de la población refiere en algún momento de su vida incapacidad para dormir en cantidad o calidad suficiente para sentirse descansado y operativo al día siguiente».

Junto a eso está también la evidencia médica de que las personas con problemas crónicos de sueño «experimentan mayor angustia psicológica, presentan más quejas de mal funcionamiento durante el día, ineficiencia cognitiva, problemas motores, solicitan más bajas por enfermedad, están más preocupados por problemas somáticos y utilizan con más frecuencia que los "buenos durmientes" los servicios de salud», reflejan los autores del estudio. Además, los problemas de insomnio han llegado a identificarse como un factor de riesgo para las depresiones.

«El problema del insomnio crea muchísimos problemas en la calidad de vida del paciente durante el día y se suele prolongar mucho en el tiempo porque no se aborda de manera correcta. La medicación a la que se suele recurrir puede actuar muy bien en inmomnios agudos, pero no actúa igual en los crónicos. Si el problema se perpetúa en el tiempo y no se hace abordaje correcto, se perpetua el problema nocturno, el diurno y en muchos casos acaba llegando también problemas asociados la incorrecta toma de la medicación», explicó Ana Gancedo. Porque pese a que los psicofármacos que se recetan contra el insomnio deberían tomarse sólo durante un par de semanas, «los estudios dicen que la media de toma de esa medicación es de un año y siete meses. Sin tener en cuenta los serios efectos adversos que pueden tener», expusieron las expertas.

La propuesta elaborada y testada en una treintena de pacientes por los cuatro médicos asturianos, y que ayer les valió un aplauso unánime en Cabueñes, supuso diseñar una intervención educativa breve que, junto con la medicación, ha demostrado que «mejora la calidad del sueño y potencia que se dejen de prescribir benzodiacepinas». Y todo con un coste mínimo.