Está considerado una autoridad en las relaciones entre música, cultura e identidad. Así que los organizadores del Congreso Bienal de Música Popular, que se celebra por primera vez en España pese a alcanzar ya la decimoséptima edición, quisieron que fuera quien pronunciara ayer la primera de las conferencias de este encuentro internacional. Simon Frith, profesor de la Universidad de Edimburgo, autor de «The sociology of rock», no defraudó. «La música es experiencia que opera como metáfora de identidad», aseguró el prestigioso sociólogo, poco después de que el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, inaugurara en la Laboral, en Gijón, una cita que reúne a estudiosos provenientes de más de cincuenta países.

El rector tiró del lema del congreso que organiza la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular (IASPM) junto con la institución que él dirige, que se prolongará hasta el próximo viernes: «Que sirva, en efecto, para tender puentes sobre aguas turbulentas». «Es un honor para la Universidad servir de puente entre culturas, porque una de sus misiones es la transmisión de conocimiento».

Gotor hizo resaltar la creciente proyección que tienen los estudios sobre música popular urbana en España, antes de felicitar a los organizadores de un cónclave en el que están previstas casi 400 presentaciones. El director de este congreso es Eduardo Viñuela, profesor de la Universidad de Oviedo y crítico musical de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón: «La música popular urbana es una parte importantísima de la cultura de nuestro tiempo; desde finales del siglo XIX ofrece formas distintas de divertirse y una cultura del ocio diferente». Y además: «Dice tanto de nosotros como de la identidad de un pueblo». Para este joven musicólogo, presidente también de la sección española de la IASPM, la Universidad de Oviedo ha sido pionera nacional en este tipo de estudios con una asignatura específica que imparte la profesora Celsa Alonso.

La mesa del acto inaugural del congreso de la IASPM, que se celebró en el teatro de la Laboral, estuvo concurrida. La directora general de Universidades e Investigación del Principado, Miriam Cueto, mostró su satisfacción por la elección de Asturias como lugar del encuentro, para poner después el énfasis en la capacidad de la música para representar a los pueblos. Carlos Rubiera, concejal de Cultura de Gijón y músico él mismo que cultiva la canción de raíz tradicional, agradeció que las instituciones hayan decidido hacer de la ciudad, en la semana del concierto de Bruce Springsteen en El Molinón, «punto internacional de encuentro». El turno de intervenciones oficiales lo completaron Héctor Fouce, presidente de la Sociedad de Etnomusicología (SIBE), y Martha Tupinambá, presidenta de la IASPM, que se emocionó al recordar a su fallecida antecesora.

La conferencia de Simon Frith, que tiene a punto una completa historia de la música en el Reino Unido, fue calificada por los organizadores como «plato fuerte del día». Elogiado por su competencia teórica en los debates sobre la música popular, puso el foco sobre lo que él mismo denomina «experiencia musical». Una de sus tesis es que la música es una creadora de identidad al conformar nuestra sensibilidad, que supone, a su vez, una posición ética y estética en la sociedad; la música como «proceso siempre relacional que nos sitúa en el mundo social de un modo particular».

La densa jornada de ayer comenzó a las nueve y media de la mañana y se alargó hasta bien entrada la tarde, con una sesión plenaria de los participantes en el encuentro. Aún hubo tiempo después para la presentación de la revista «Popular Music», en el Antiguo Instituto, donde Mar Álvarez, una de las dos hermanas de «Pauline en la Playa» pinchó música para los invitados.