A priori puede parecer que ser un niño con altas capacidades sólo tiene ventajas, pero nada más lejos de la realidad. Frustrados por unas habilidades que pocos entienden, los casos de fracaso escolar son habituales entre estos pequeños prodigios «especialmente porque no existe una formación buena del profesorado en este aspecto». Así lo indicaron miembros de la Asociación de Padres y Alumnos De Altas Capacidades (APADAC) de Gijón durante su encuentro ayer en la Feria de Muestras.

«Para muchos padres tener un niño con altas capacidades es más un motivo de vergüenza que de orgullo, sobre todo cuando les toca comunicárselo a los demás», asegura María José Gallego, secretaria de una asociación que se dedica desde hace 20 años al apoyo tanto de padres como de alumnos con habilidades especiales a través de la realización de cursos y talleres. Hasta ahora venían realizándolos en el centro municipal integrado Pumarín Gijón-Sur, pero este año traen una idea diferente. Bajo el nombre «Toca tocar», APADAC inaugurará el próximo 14 de septiembre, coincidiendo con el 20 aniversario de su fundación, un nuevo proyecto pensado para ayudar al desarrollo del pensamiento creativo.

Se trata de fomentar la investigación básica de los jóvenes entre seis y dieciséis años con altas capacidades a través de talleres y cursos de formación que tendrán una hora y media de duración. «Pretendemos seguir usando las aulas del centro municipal integrado Pumarín Gijón-Sur, pero también ofrecer otros cursos en otros centros como La Laboral o el Jardín Botánico», apunta la secretaria.

Esta asociación pelea por romper con uno de los estereotipos más arraigados en la sociedad española. «Tener altas capacidades no significa ser más listo que los demás», indica Hernando Álvarez, vocal de la organización y padre de uno de estos niños. «Todos recibimos la información por las mismas vías. Yo siempre digo que los niños superdotados no son adivinos, simplemente tiene mayores habilidades para interiorizarla», señala al respecto la educadora Maite Fernández. Esta asociada de APADAC insiste sobre todo en dos vías de trabajo: favorecer la creatividad de los pequeños y trabajar con la formación del profesorado. «Una de las grandes carencias del sistema educativo español es que la formación del alumnado con altas capacidades está integrado dentro del aula y no se contempla la posibilidad de desarrollar una formación específica para ellos al margen», matiza. José Luis Pérez, psicólogo de la asociación, quiso también destacar otro problema: «En este país está muy extendida la teoría de acortar el clavo que sobresale». La apuesta de APADAC es la contraria: apoyarles en el desarrollo de sus habilidades.