Pianista que hoy ofrece un recital en el Jovellanos

María SERRANO

Las manos del pianista ruso Ilya Itin se posan hoy sobre las teclas en el teatro Jovellanos. Los amantes de la música clásica podrán disfrutar a las 20.30 horas de piezas pertenecientes a Debussy y Liszt dentro del Festival Internacional de Piano «Jesús González Alonso». Su enorme talento le ha convertido, además, en un destacado solista en orquestas como la Filarmónica de San Petersburgo o la Filarmónica de Londres, pero su intensa actividad como intérprete no le impide ejercer su labor docente en la Universidad de Columbia de New York .

-¿Decidió hacerse pianista por motivos familiares o simplemente porque era su sueño?

-Al contrario, mis padres no son músicos, y siempre han estado en contra de que me hiciera músico, mi padre siempre me decía que estaba a tiempo para buscarme un buen trabajo.

-¿Cuáles son sus ídolos pianistas?

-Muchos pianistas del pasado, la mayoría muertos, no es que tenga algo en contra de los que están vivos, pero creo que actualmente no son tan conocidos como Bach, Chopin o Beethoven. No podría dar ningún nombre en especial, hay muchos que me encantan y para mí son todos únicos e irreemplazables.

-¿Cree que existe alguna diferencia entre los pianistas españoles y los pianistas del resto de Europa?

-No soy un experto en los pianistas españoles, pero sí estoy seguro que hay diferencias, siempre es posible distinguir entre pianistas rusos, alemanes o italianos. En mi opinión, creo que los pianistas españoles que destacaban lo hacían en el extranjero, en París sobre todo. Supongo que se trataba de algo político.

-Usted ha trabajado como profesor en varias universidades de Nueva York. ¿Qué es lo que pretende enseñar a sus alumnos?

-Bueno, la verdad es que podría estar mucho tiempo hablando de este tema, pero para mí lo más importante es servir a la música y al arte. Que sientan la música, que la vivan como parte de ellos. Siempre les digo a mis alumnos que si la música no forma parte de ellos es que no están destinados a ser músicos.

-¿Qué opina sobre el maratón de piano callejero que se ha realizado en Begoña, donde han participado 59 jóvenes de todas las partes del mundo? ¿Cree que es una buena oportunidad para dar a conocer el mundo del piano?

-Pienso que es una idea perfecta, desgraciadamente he llegado tarde, pero confieso que el año que viene me encantaría poder tocar en la calle. La verdad que lo encuentro una enorme oportunidad para los futuros pianistas, que pierdan la vergüenza y sobre todo para que la gente se involucre más en el mundo de la música clásica.

-¿Que opinión tiene sobre la actual situación musical para una futura formación pianística?

-La verdad que nunca ha sido fácil el mundo de la música. Tenemos el caso de Mozart, un niño tan prodigioso como él y no llevaba una vida nada fácil, era y es muy difícil conseguir conciertos. Hay mucha gente que se queja, pero igual ahora tenemos la oportunidad de las ultimas tecnologías, las comunicaciones fluyen mucho más fácilmente, y sobre todo la gente tiene mejor acceso a la música.

-Con qué se siente más cómodo: ¿Tocando delante de miles de personas o dando clase delante de un centenar de jóvenes con ganas de aprender?

-La verdad es que prefiero tocar delante de mil personas, tienes la sensación de que estás tocando para algo en general no de una forma tan específica. No encuentro diferencia entre dar clase o tocar el piano, pero sí confieso que me pongo mucho más nervioso cuando tengo que tocar para diez personas.

-¿Qué vinculación tiene con Gijón?

-Es la primera vez que vengo y la verdad que llevo muy pocas horas aquí, pero he tenido muy buena sensación y confío en poder volver.

-Ha sido reconocido con numerosos premios, ¿qué siente al ver que su trabajo es tan reconocido?

-Simplemente toco el piano, me gusta lo que hago e intento hacerlo lo mejor posible.

-¿Qué ofrecerá esta tarde en su concierto?

-Creo que un concierto de música clásica nunca tiene por qué que ser aburrido, tocaré «Claro de luna», pero también piezas de pop y confío en poder gustar al público gijonés.