La Policía detuvo en la madrugada de ayer a, al menos, dos ciudadanos a los que se podría acusar de asaltar en los últimos meses varios bares de Gijón. Las primeras investigaciones apuntan a que los detenidos -que cuentan con numerosos antecedentes- actuaban siempre con el mismo modus operandi. Los asaltantes entraban en los locales después de romper una cristalera con una tapa de alcantarilla. Una vez en el interior del local forzaban los cajetines de recaudación de las máquinas tragaperras y abandonaban el lugar de los hechos con un botín conseguido en apenas unos minutos.

El primero de los arrestos tuvo lugar en el interior de un bar situado en la avenida de la Constitución. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que patrullaban por la zona se personaron en el establecimiento al recibir el aviso de la central de alarmas. En el interior del negocio los policías se encontraron con un ciudadano que pretendía evitar su arresto escondiéndose detrás de la barra. El acusado había accedido al interior del establecimiento forzando una de las ventanas del inmueble.

En la segunda de las detenciones la protagonista fue la colaboración ciudadana. Y es que poco después de esta primera actuación, un ciudadano alertó a la Policía Nacional al ver a un segundo delincuente tratando de forzar la persiana metálica de un bajo comercial. A pesar de que este individuo trató de darse la fuga al percatarse de la presencia policial, los agentes pudieron finalmente detenerle en una calle cercana. La Policía Nacional no tuvo tanta suerte con el compinche de este primer acusado, que logró abandonar la zona corriendo.

La Policía trata de averiguar ahora, con las evidencias recogidas en el lugar de los hechos, si a estos delincuentes se les pueden achacar otros robos que también fueron cometidos por «ladrones que por lo que parece no pertenecían a bandas especializadas», tal y como aseguraron ayer.