La cuarta y última entrega de la saga cinematográfica de terror «REC» tendrá como protagonista a la ciudad de Gijón. La cinta, que lleva la firma del cineasta Jaume Balagueró, incluye varias localizaciones en el Puerto de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, que se rodaron este verano y que se completarían con una segunda filmación en las instalaciones del centro de seguridad marítima Jovellanos, en Veranes. Los responsables de la productora se encuentran en negociaciones para completar el rodaje de la cinta en la piscina de olas de estas instalaciones, escenario habitual de pruebas para rescatadores y para la formación de marinos y personal de emergencias.

La película, con la actriz Manuela Velasco como protagonista principal, lleva el respaldo de la productora Filmax. La petición que habrían planteado a los responsables del centro de Veranes es que la filmación se realizara en horario nocturno. Esta nueva entrega de «REC», apellidada «Apocalipsis», vuelve a llevar a las pantallas a unos seres demoníacos sedientos de sangre y vísceras humanas que saldrán de la oscuridad en busca de víctimas. Y la piscina de Veranes, con sus 14 metros de profundidad, 40 de ancho y 80 de largo junto a la posibilidad de simular un escenario de mala mar con olas de hasta 1,6 metros de altura parece que ha convencido a los responsables de la productora para cerrar la cuarta y última entrega de la saga cinematográfica «REC».

La película arranca en el momento en que la reportera Ángela Vidal, la única superviviente de una terrible infección, es evacuada de un edificio, en el que se rodó «REC» y «REC 2», a un barco pero cuando por fin la situación parece estar controlada, el caos vuelve a desatarse y el mal renace adoptando nuevas y terribles formas. Esas escenas de terror en el medio acuático tendrían como telón de fondo a la ciudad de Gijón. Resta por completar en las negociaciones con el centro de Veranes sobre cómo acompasar esta actividad con la programación formativa del centro. En cualquier caso, la decisión del rodaje nocturno tendría una interferencia mínima para el funcionamiento diario.

A la espera de que el proyecto se concrete, ayer el centro fue escenario de una singular maniobra de salvamento, incluida dentro de las pruebas prácticas para la selección de nadadores de rescate que pasarán a formar parte de la bolsa de empleo de la empresa INAER. La sociedad, especializada en servicios de emergencia aérea, convocó a un centenar de aspirantes para entrar a formar parte de la bolsa de empleo de rescatadores que prestarán servicio desde cualquier de las 11 bases de Salvamento Marítimo que operan en España con helicóptero.

La principal novedad del ejercicio es precisamente el regreso a esta sede de Sasemar, tras 15 años de ausencia en Gijón. Para el director del centro Jovellanos resulta un «orgullo» esta decisión, pues «los marinos tienen motivos para sentirse orgullosos de la labor que Salvamento Marítimo viene realizando», subrayó antes de apuntar el ejemplo de «entrega, heroísmo y sacrificio» que representan los rescatadores «que generosamente ponen en riesgo su vida». Los aspirantes que ayer tomaron parte en las pruebas pudieron seguir desde la piscina de olas del centro el rescate en helicóptero de un náufrago. El equipo del Helimer Cantábrico fue el protagonista de este ejercicio antes de que el centenar de candidatos completara los tests de flexiones, carrera y, ya en el agua, 400 metros de espaldas con las piernas como única propulsión, el arrastre de un maniquí 150 metros tras recuperarlo del fondo de la piscina y una última prueba de coordinación y decisión, con buceo, para rescatar a un náufrago.