Tras la aplicación de doce sanciones en las calles de El Llano por la práctica de el «botellón» el pasado fin de semana, los vecinos del barrio más populoso de Gijón temen que el problema de las concentraciones juveniles para beber en la vía pública se desplace a su zona tras el despliegue policial que evita su práctica, en aplicación de la nueva ordenanza de convivencia ciudadana, en Cimadevilla y el centro. «El "botellón" está buscando nuevos espacios; y ya este fin de semana se dejó notar por el barrio. Los vecinos tuvieron que llamar a la policía», explica Carmen Duarte, presidenta de la asociación vecinal «Fumeru» de El Llano, que asegura que «los vecinos están un poco alarmados» tras lo sucedido.

La Policía Local estableció en total doce sanciones en El Llano en aplicación de la ordenanza de convivencia. Cuatro de ellas se debieron a una reunión juvenil en una explanada de la calle Río de Oro, mientras que las otro ocho tuvieron que ver con actuaciones en la plaza situada frente al centro comercial «Los Fresnos». Una situación que ha generado el temor vecinal a que el operativo policial que hace prácticamente inviable la práctica del «botellón» en Cimadevilla y el centro produzca un efecto de desplazamiento del «botellón» hacia barrios como El Llano.

«Sería quitar el problema de un sitio para traerlo aquí. Y aquí ya tenemos bastantes problemas como para sumar ahora el del "botellón"», lamenta Carmen Duarte. Por ello, desde el colectivo vecinal reclaman que en los sucesivos fines de semana se repita el control policial que posibilitó, tras la llamada de vecinos, la disolución de los grupos que intentaron este pasado fin de semana reunirse para beber en la vía pública en El Llano. «Que se mantenga ese control y, si no, lo pediremos», insiste la presidenta vecinal.

Aunque no se opone a las multas, Carmen Duarte ve necesario añadir otras medidas complementarias para que la ordenanza funcione más allá de desplazar y dispersar por la ciudad las reuniones de bebedores en la calle. «Tiene que haber algo más que sanciones: educadores y que los jóvenes tengan otras alternativas de ocio», argumenta, antes de advertir que «nosotros no metemos a todos los jóvenes en el mismo saco, no todos se comportan igual, pero si algunos no se comportan tendrán que afrontar las consecuencias». De hecho, matiza, «tampoco estamos en contra de que se diviertan, pero que lo hagan respetando el descanso de los vecinos y la limpieza de la ciudad». La Policía Local tendrá así que realizar un esfuerzo para aplicar la ordenanza más allá de la zona céntrica.