"Apartamento en perfecto estado, a un paso del puerto deportivo y la calle Corrida. Edificio restaurado en 1995, en una zona tranquila de Cimavilla". Lo de "zona tranquila" tiene, en el caso del barrio alto, un valor añadido. Los problemas que acarrean el "botellón" y la movida nocturna no ayudan a vender o alquiler piso en el casco histórico de Gijón, a pesar de su encanto y singularidad urbanística. Aun así, los agentes inmobiliarios coinciden en diagnosticar que, si hay más viviendas disponibles, es, "básicamente", por los males de la crisis, como en el resto de la ciudad.

Los vecinos, en una de sus últimas reuniones sobre el "botellón", alertaron del "despoblamiento" que se está produciendo en el barrio, donde los problemas de descanso y convivencia han llegado, según denuncian, a límites insoportables. Hubo quien aportó como dato que, de su edificio, ya se han ido dos familias. José Luis Rebollal, de la agencia Asturias, explica, por el contrario: "A nosotros, en lo que va de 2013, sólo nos han entrado seis alquileres y tres ventas en el barrio, que se suman a la oferta acumulada durante estos años de crisis".

Nadie pone en duda que los fines de semana son insufribles. No es sólo que los vecinos no puedan pegar ojo por el ruido: "También están los orines, las defecaciones, el vandalismo, los cristales rotos, el no poder salir del portal, las vomitadas...". Y, con la nueva ordenanza municipal de convivencia, que regula el consumo de alcohol en la calle, entre otros asuntos, las noches son más llevaderas pero el problema sigue estando ahí.

"Cimavilla siempre ha sido zona de movida y nadie quiere vivir encima de un bar de copas", coinciden los agentes inmobiliarios de la ciudad, para los que no hay ni un antes ni un después de la nueva normativa. "Es una zona que gusta a personas muy determinadas; por lo general, a la gente del propio barrio y a la gente joven. Pero eso no ha cambiado. Era antes y es ahora", afina Javier Gutiérrez, director comercial de la agencia Álvarez.

En los tiempos de bonanza, el metro cuadrado construido se disparó hasta tal punto que algunos pisos de Cimavilla llegaron a superar en precio a los del centro de Gijón y las zonas de playa. Ahora, hay mucho cartel de "se vende" y en las agencias "preguntan poco" por las viviendas del casco histórico. "Es cierto que el barrio se apagó", constata Rebollal, "pero yo creo que no es una cuestión de movida, que siempre la hubo". Y explica: "Hay que tener en cuenta que la crisis atacó mucho a los jóvenes, que eran los principales demandantes de vivienda en Cimavilla. Si a eso sumas que el barrio se encareció demasiado durante el "boom" inmobiliario...".

El metro cuadrado llegó a pagarse a unos 5.000 euros, "también es verdad que en edificios de nueva construcción", puntualizan los expertos locales. En cualquier caso, "eso ya es historia", sentencian, "y actualmente ya puedes encontrar pisos relativamente nuevos por unos 3.400 euros el metro". En cuanto a los alquileres, "oscilan entre 450 y 500 euros mensuales". Todo depende de las características y servicios del inmueble. Y lo dicho: de si está o no situado en una zona tranquila de Cimavilla, que, aunque escasean, también las hay.