Contaba Dora Alonso con 49 años cuando en noviembre de 2006 se convertía en la primera mujer en ocupar la secretaría general del Ayuntamiento de Gijón. Había sustituido en el desempeño funcionarial a Mariano López Santiago, que se jubiló en abril de ese mismo año tras cinco lustros al frente del departamento. Desde 2001, Alonso Riesgo había compartido con López Santiago, como vicesecretaria, las tareas legales que corresponden al cargo en el Reglamento municipal.

La noticia de la destitución fulminante de la secretaria del Ayuntamiento, decisión tomada a título personal por la alcaldesa, Carmen Moriyón, cayó a mediodía de ayer como una bomba sobre la Casa Consistorial. Especialmente entre la plantilla de funcionarios, donde Dora Alonso era una profesional "muy considerada" , "estricta" y "competente", según un portavoz sindical autorizado.

Dora Alonso nació en Lieres (Siero) en 1957. Se licenció en Derecho por la Universidad de Oviedo, con notables calificaciones. Su licenciatura corresponde a la promoción 1977-1982. Tras finalizar la carrera hizo el doctorado y dio clases en el departamento de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de Oviedo, hasta 1984. Dos años después obtiene el título de secretaria de primera categoría, con el número uno de su promoción. Comienza a trabajar en el municipalismo, en primer lugar como secretaria general letrada del Ayuntamiento de Carreño, hasta el año 1989. De la sede municipal de Candás pasa al Ayuntamiento de San Martín del rey Aurelio, donde permanece solo un año, hasta 1990.

Gijón será su siguiente destino, y hasta ahora definitivo. Primero como Oficial Mayor. Dos años después, en julio de 1992, en el desempeño como responsable de Administración General. En 2001, la funcionaria ahora destituida, accede a la vicesecretaría municipal.

Tras la vacante por jubilación de Mariano López Santiago, el Ayuntamiento, de color socialista, convocó un concurso para cubrir la vacante. Se presentaron Dora Alonso y Manuel José González. Alonso Riesgo fue la elegida: era la primera mujer secretaria general letrada en las Consistoriales gijonesas.

A raíz del polémico pleno de la ordenanza de fachadas, las relaciones de la secretaria con el gobierno local se habían deteriorado, pese a que en los inicios de mandato "fueron más que cordiales", según fuentes municipales.