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Una modalidad de delito en alza

La Policía alerta del aumento de los timos y estafas a ancianos en Gijón

Medio centenar de personas de más de 65 años han denunciado en lo que va de año fraudes que en algunos casos han alcanzado los 6.000 euros

La Policía alerta del aumento de los timos y estafas a ancianos en Gijón Pedro Menchaca

La Policía Nacional alerta del importante aumento que en los últimos meses han experimentado en Gijón las estafas que tienen como objetivo a personas mayores. En lo que va de 2013 más de medio centenar de vecinos del concejo de más de 65 años han denunciado en las Comisarías de El Coto y El Natahoyo las prácticas que realizan timadores como "el canario", un viejo conocido de la Policía Nacional de Gijón que este año ya ha sido arrestado en siete ocasiones y que se hace pasar por revisor del gas para acceder a las viviendas de sus víctimas y moverse por los diferentes espacios de los inmuebles con total impunidad.

Los expertos en seguirles la pista a este tipo de delincuentes mantienen que en Gijón se dan dos metodologías de estafa según cual sea el sexo de la víctima. Los estafadores aparentan ante las mujeres ser empleados de compañías suministradoras. De esta manera, fingiendo que tienen que realizar cualquier reparación este tipo de ladrones consiguen acceder al domicilio de sus supuestas clientas. Con la excusa de tener que revisar radiadores o instalaciones eléctricas los delincuentes se desplazan posteriormente por las habitaciones de sus víctimas buscando joyas y dinero en efectivo. Tras su último arresto "el canario" había logrado estafar a una treintena de mujeres en Gijón. En ocasiones el acusado abandonaba los pisos en los que actuaba "sólo" con los 50 euros que cobraba por la revisión realizada después de amenazar a sus víctimas con cortarles el suministro si no pagaban aunque normalmente el detenido conseguía una media de 300 euros en efectivo buscando entre las pertenencias de las denunciantes. Pero las estafas no se quedan ahí. La Policía Nacional asegura que las mujeres son víctimas fáciles para otro tipo de hurtos: los que llevan a cabo los ciudadanos normalmente procedentes del Este de Europa que roban la cartera de las amas de casa aprovechando "encuentros casuales" en el ascensor y fingiendo que ayudan a sus víctimas con las bolsas de la compra.

En el caso de los hombres el tipo delincuencial cambia. En este caso suelen ser mujeres jóvenes las que son utilizadas como "gancho". Estas "amigas de lo ajeno" les quitan el dinero a sus víctimas en casa, en el portal o en los ascensores después de realizar "palpaciones corporales" consentidas por los propios denunciantes. Los agentes que investigan este tipo de casos argumentan que en muchas ocasiones estos robos y estafas son "difíciles de cuantificar", y es que algunos mayores -avergonzados por lo sucedido-, prefieren esconder estos sucesos a sus más allegados y por tanto tampoco informan de los delitos a la Policía hasta que sus hijos o sus nietos se dan cuenta de lo sucedido. La pequeña cuantía de los hurtos impide, además, que los jueces de instrucción que le toman declaración a los detenidos ordenen su ingreso en la cárcel.

A pesar de su importancia éstas no son las únicas estafas a las que hacen frente los mayores gijoneses. A estos timos hay que añadir los que circulan por internet -mucho más difíciles de investigar por el escaso rastro que dejan este tipo de delincuentes-, y los "timos clásicos" que, según la Policía Nacional, "nunca pasan de moda" como el tocomocho, la estampita o el del pariente. En este caso la estadística refleja un menor número de hechos -con una media de cinco casos de este tipo cada año-, pero con un mayor fraude en cada uno de ellos. No en vano los delincuentes que practican estafas como la de "el pariente" se llevan un botín de unos 6.000 euros de media. "Este año hemos investigado un timo de la estampita y dos tocomochos, lo que refleja que el problema sigue existiendo", relata una portavoz de la Comisaría de El Natahoyo. Los números no dan tregua. En todo el año 2011 se habían denunciado otros ocho "tocomochos", aquel timo en el que el delincuente hace creer a su víctima que tiene un boleto de lotería premiado y que se lo puede vender a muy buen precio porque él por cualquier circunstancia no lo puede cobrar. La dialéctica y la capacidad de desplegar armas de seducción para convencer a las víctimas son fundamentales en estos casos en los que la Policía recomienda seguir el viejo axioma de que "nadie da duros a cuatro pesetas".

Para luchar contra este tipo de delincuentes la Policía ha querido poner en marcha un arma más potente que la vigilancia: la información. El inspector gijonés José Manuel Rivero, con más de 42 años de experiencia y de servicio policial, ha impartido ya medio centenar de charlas a mayores para evitar que sean víctimas de delitos. Casi 600 personas han acudido a estas conferencias.

Los agentes especializados en este tipo de timos y hurtos piden a las potenciales víctimas que "no se fíen de extraños" y hacen hincapié en que los trabajadores de empresas suministradoras de electricidad o de gas avisan previamente de sus visitas al domicilio mediante una carta personalizada que se envía desde sus centrales y que, en todo caso, nunca cobran en mano la realización del servicio.

Esta campaña especial de información que lleva por título "Policía mayor" se une al contacto que los agentes de las dependencias policiales gijonesas de El Natahoyo tratan de mantener periódicamente con profesionales del comercio, a los que se informa, por ejemplo, de las estafas con tarjetas de crédito o con billetes falsos de las que pueden ser víctimas especialmente durante campañas en las que se registra gran afluencia de público en los comercios, como por ejemplo en Navidad.

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