Pablo TUÑÓN

Visto el calado que ha conseguido en la comunidad de la gijonesa basílica del Sagrado Corazón de Jesús en los quince meses que lleva como rector de la misma, no es de extrañar que la feligresía de su anterior parroquia en Oviedo -San Juan «El Real»- protestase airadamente contra la decisión del arzobispado por su traslado rumbo a Gijón. «Claro», «cercano» o «abierto». De la boca de los fieles habituales de la basílica -popularmente conocida como La Iglesiona- solamente salen virtudes para valorar el poco más de un año que lleva «don Álvaro» (Iglesias Fueyo) ocupando la rectoría en sustitución de Julián Herrojo. «Son distintos. Pero los dos muy buenos», coinciden en señalar los feligreses.

«La experiencia con don Álvaro hasta ahora ha sido difícil o imposible de mejorar. En él se distinguen la cordialidad y la simpatía. Es un hombre deseoso de hacer el bien y que se entrega a los demás. Acepta las ideas que le ofrecen», valora Francisco Sánchez de Muniain y Gil, veterano teniente coronel de Caballería y miembro de la comunidad de fieles del Sagrado Corazón. Sánchez de Muniain da fe de la disponibilidad del nuevo rector. «Está muy abierto a todos», asegura.

Rosa María Valdés también forma parte activa de la comunidad de fieles de la basílica. Sin ir más lejos, estos días colabora vendiendo lotería de Navidad del templo. «Estamos muy contentos con don Álvaro. Siempre camina en línea recta y nunca en línea curva. Es muy cariñoso, espiritual y muy humano», resalta Valdés, que también tiene buenas palabras para su antecesor, Julián Herrojo. «Había que ponerlo en un pedestal, es un relumbrón. Herrojo es inteligentísimo; pero don Álvaro también es muy bueno», señala la feligresa.

Nadie en la comunidad de la basílica olvida a Herrojo, quien se esforzó por que el templo volviese a lucir con todo su esplendor logrando financiación para su reforma. Un recuerdo que, para la mayoría de feligreses, no resta brillo a la labor de Álvaro Iglesias desde que llegase a la rectoría. «Son muy distintos, pero lo hacen muy bien los dos», manifiesta Javier Fernández, que valora a Iglesias Fueyo de «extraordinario» y destaca su «cercanía, la claridad con la que se expresa y que está disponible en el confesionario».

Con él coincide otra feligresa de la basílica, María Rosa Nicieza. «Hay gente que habla del anterior, de don Julián. Pero yo ya dije que no iba a ser como él, no tiene por qué ser como él. Cada uno tiene su carisma», explica Nicieza, que cree que el actual rector «se esmera mucho, es cordial, espiritual y se relaciona muy bien con la gente, dado que es abierto». Y añade: «Se ha acoplado perfectamente, estoy muy contenta; y muchos todavía no le conocen los suficiente».

Otra feligresa, María Victoria Cubiella, tampoco discrepa del resto de laicos de la comunidad religiosa de la basílica del Sagrado Corazón. «Don Álvaro me parece una persona fantástica, muy agradable. Como sacerdote, bien; como persona, mejor», afirma. Bajo su punto de vista, de la personalidad del actual rector destaca «su cercanía con las personas y, en una palabra, la normalidad».

La comunidad de la basílica sigue avanzando con Iglesias Fueyo al frente. Por delante, algún que otro reto. Y los deseos de los feligreses. «Nos gustaría que el obispo auxiliar residiera en Gijón, como la ciudad más grande que es», expresan algunos.

«Cordial y simpático, se entrega a los demás y acepta las ideas que le ofrecen»

< francisco sánchez de muniain>

«Estamos muy contentos con él; camina en línea recta y es muy cariñoso»

<Rosa maría valdés>

«Es espiritual y se relaciona muy bien con la gente; se muestra abierto a lo que le propongan»

<maría rosa nicieza>

«Lo está haciendo de forma extraordinaria; destaco la claridad con la que habla»

<Javier Fernández>

«Como sacerdote, bien, y como persona, mejor; es muy agradable»

<maría victoria cubiella>