La crudeza de la crisis deja tras de sí numerosas víctimas que jamás pensaron en tener que acudir a las entidades de ayuda social para afrontar los pagos comunes en su vida diaria. Cruz Roja atiende ya en Gijón a 600 familias necesitadas de alimentos y de dinero contante y sonante con el que pagar el agua, la luz o los impuestos municipales. Una de cada diez ayudas económicas directas que concede Cruz Roja han sido, en este último mes, para pagar el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles, el IBI, un impuesto que no ha dejado de subir en los últimos años y que se ha disparado en 300 euros de media en el último quinquenio.

Con este panorama, los responsables de Cruz Roja en la ciudad explican cómo se han visto obligados a dar cobertura a las necesidades de las familias a través del programa "Ahora más que nunca", puesto en marcha este año. Un plan que se dirige a "personas con un perfil normalizado, que tenían un trabajo hasta hace poco y que con la crisis lo perdieron". El desgaste que genera una situación de dificultad tan dilatada en el tiempo ha hecho que "la ayuda de 400 euros del salario social con la que cuentan muchos de los beneficiarios no sea suficiente". Así, y aunque estas familias lleguen a final de mes con la ayuda en muchos casos de las redes familiares de solidaridad, los pagos de ciertas facturas ya se hacen imposibles. Tal y como indican en Cruz Roja, "durante las últimas semanas se han recibido numerosas peticiones para hacer frente al pago del IBI". En total, se han concedido 174 aportaciones monetarias, destinadas en la mayoría de los casos a liquidar los gastos derivados de la vivienda, como el alquiler y los consumos eléctricos o energéticos. El 10 por ciento de estas ayudas han ido destinadas al pago del recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles.

A ello se suman, en este segundo semestre del año, el reparto de 700 vales de alimentos, fundamentalmente frescos. Los responsables del programa "Ahora más que nunca" llaman la atención, al igual que hace el Banco de Alimentos, sobre la carencia de comida y productos de higiene destinados a los niños pequeños. Se trata de productos como leche, potitos, pañales o toallitas, de uso común pero en algunos casos inasumibles para las familias.

En los últimos seis meses se han sumado 200 nuevas familias al programa de ayudas, que también incluye apoyo al estudio, con libros de texto, material escolar y transporte. Y las previsiones no son mucho mejores: el programa se prolongará durante todo 2014 con la seguridad de que "vamos a seguir recibiendo peticiones". Cuentan para ello con "más de 170.000 euros obtenidos a través de las contribuciones solidarias de miles de ciudadanos sensibles con esta situación".

Además de este programa, creado para adaptarse a los nuevos perfiles de necesidad, Cruz Roja continúa con sus programas de apoyo con vestuario, equipamiento infantil, ayuda escolar y de alimentos de excedentes de la UE, hasta incrementar en más de 2.000 el número de personas atendidas en el último semestre. La demanda y la afluencia de familias, confiesa la entidad, "no sólo ha superado todas las expectativas, sino que ha desbordado por momentos la propia dinámica de la Asamblea".