La Policía Nacional investiga un caso más que podría ser obra de José David C.G.; el tinerfeño detenido como autor de nueve robos violentos en la ciudad en las últimas semanas. El modus operandi del ladrón concordaría con el de un robo cometido en Salamanca, ciudad en la que el ahora detenido se encontraba preso en el centro penitenciario de Topas y del que logró huir el pasado mes de noviembre.

El comisario jefe de la Policía Nacional de Gijón, Francisco López Canedo, ha querido apagar el alarmismo que ha recorrido las calles de Gijón en las últimas fechas y ha destacado que se trata de una ciudad "tranquila" que solo se ve perturbada por hechos "esporádicos" como estos.

El acusado estaba preparándose para huir cuando fue detenido

José David C. G., el tinerfeño de 36 años de edad detenido el pasado sábado acusado de asaltar con violencia y saña a seis vecinas de la ciudad a las que abordaba en sus portales a última hora de la tarde, estaba preparando su fuga en el momento en el que fue detenido por la Policía. Consciente de que los investigadores ya habían conseguido identificarle con las grabaciones de la cámara de seguridad de una joyería de El Llano en la que robó el pasado miércoles, José David C. G. pretendía abandonar Gijón en las siguientes horas. Los agentes que inspeccionaron la vivienda en la que fue localizado -situada en el número 13 de la calle Severo Ochoa de El Llano-, aseguran que el delincuente había hecho las maletas y se había deshecho de las joyas y de parte de las pruebas que le relacionaban con los asaltos y con dos robos en comercios.

A pesar de que el asaltante intentó borrar su rastro los agentes cuentan con pruebas que le incriminan. En su habitación los funcionarios policiales encontraron unos playeros, una gorra y una sudadera que habían podido describir varias de las víctimas. Además el reo guardaba los recortes de prensa en los que se informaba de sus violentos asaltos como si de un macabro trofeo se tratara. En los papeles se hablaba de la violencia que empleaba con sus víctimas, a las que atacó en las calles Adosinda, Alarcón, Santa Elena y Rendueles Llanos y en las plazas Europa y Nicanor Piñole.

Las pocas pistas que pudieron dar las mujeres denunciantes -a las que le reo robó teléfonos móviles, dinero en efectivo y joyas-, no permitieron frenar la escalada de violencia de José David C. G. hasta el pasado sábado, cuando se dieron los últimos pasos de la investigación policial en la que decenas de agentes de las Comisarías de El Natahoyo y El Coto llevaban trabajando semanas.

Fue entonces cuando un cliente de la cafetería "Luna" alertó a los agentes tras ver la foto del reo en las redes sociales de que el tinerfeño paraba todos los días en la misma cafetería que él. El sábado a mediodía dos vehículos camuflados en los que viajaban cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía hicieron guardia en la zona hasta pocos minutos después de las cuatro y media de la tarde. El acusado entró en el establecimiento y se procedió a su arresto. Los agentes se incautaron de una navaja que el reo llevaba en el bolsillo del pantalón y le condujeron a Comisaría mientras se detenía a un segundo implicado en este caso: el compañero de piso de José David C. G., un viejo amigo del canario al que ahora se acusa de encubrir al delincuente y al que el tinerfeño había conocido en la cárcel de Topas, de la que ambos se fugaron hace semanas.

El primero en no regresar a prisión fue, tal y como informó hace un mes "La Gaceta de Salamanca", el compañero de piso del acusado de asaltar a mujeres en Gijón. O. M., de 24 años de edad y de origen marroquí cumplía en Topas una condena de tres años de cárcel que estaba a punto de llegar a su fin y que se le había impuesto como consecuencia de un robo con violencia. El acusado se fugó aprovechando un permiso a finales de octubre. Los investigadores sospechan que el reo se desplazó a Gijón alquilando una habitación de la calle Severo Ochoa en la que esperó a su amigo. José David C. G. se fugó una semana después que el marroquí repitiendo una hazaña que ya había realizado en Tenerife. Cuando se fugó de una prisión de Canarias el acusado tenía que cumplir 18 años de condena. Poco después, en Topas, la pena que cumplía era de 23 años.

En la prisión salmantina le conocían como un "profesional del atraco". En su historial delictivo figuran hasta 30 arrestos relacionados con robos con violencia, atracos a bancos, hurtos, robos de vehículos a motor o tráfico de drogas. El reo y su compañero de piso pasarán previsiblemente hoy a disposición del juez.