Representantes de las trabajadoras de lavandería del Hospital de Cabueñes se dirigían ayer a los distintos grupos políticos con representación en la Junta General del Principado para denunciar "una situación que creemos reversible". La que atraviesan las 17 lavanderas y planchadoras que se han quedado en la calle después de que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) decidiera prescindir del turno de tarde.

"¿Cómo es posible que el Sespa eche a sus propios trabajadores y mande el trabajo fuera?", se preguntan en el escrito que ayer entregaron a los distintos partidos. El Principado abrió un turno de tarde en el servicio de lavandería de Cabueñes para ocuparse de la ropa procedente del Hospital San Agustín de Avilés y el Álvarez Buylla de Mieres. Pero el Principado decidía recientemente sacar a concurso el trabajo de lavandería correspondiente al centro hospitalario avilesino, "derivándolo a una emrpesa privada de Cabezón de la Sal", en Cantabria.

Según portavoces de la junta de personal, "todavía podriamos entender que se contratara a una empresa de aquí, pero estamos hablando de casi un millón de euros de ingresos que se van fuera de Asturias". Y las trabajadoras afectadas por esta decisión piden explicaciones: "¿Cómo es posible que nos condenen al paro sacando el trabajo fuera de nuestra comunidad? ¿Es que sale más barato pagar subsidio o desempleo a 25 trabajadoras?".

En esas 25 se incluye a las 8 personas encargadas de dar descansos, que "también van a verse afectadas". La plantilla cesó el pasado 7 de diciembre, después de que la ropa sucia del Álvarez Buylla fuera derivada a la lavandería del Hospital Universitario Central de Asturias. Ahora, en Cabueñes, sólo funciona el turno de mañana, para atender las necesidades del propio centro hospitalario gijonés, del Valle Nalón y de Cruz Roja.

"Justifican la medida diciendo que la maquinaria de Cabueñes está obsoleta. Es cierto que las instalaciones tienen años, pero funcionan perfectamente", asegura la plantilla, convencida de que, con voluntad política, "la ropa puede volver a lavarse en Cabueñes" a pleno rendimiento. Frente a la sospecha de que "poco a poco se vaya privatizando el servicio", la junta de personal manifestaba ayer "nuestra preocupación" por el futuro de las 50 trabajadoras que permanecen en la lavandería del hospital gijonés. "Queremos que la ropa se siga lavando en el Sespra y que se restituyan los contratos", pedían ayer en una carta que incluso han hecho llegar al presidente de la Junta.