En la mañana de ayer el Colegio de la Asunción vivió una fiesta importante, al conmemorarse los 150 años de la llegada a España de las primeras religiosas de la orden. La misa de acción de gracias congregó a una multitud, entre padres, alumnos, antiguas alumnas, profesores, religiosas y amigos, incluida la alcaldesa de la ciudad, Carmen Moriyón. No cabía un alma más en el precioso templo. Presidió la eucaristía el obispo auxiliar de la diócesis asturiana, Juan Antonio Menéndez, acompañado de otros once sacerdotes, casi todos titulares de distintas parroquias gijonesas. Fernando Fueyo, Rafael Lozano, Hilario Rodríguez, Silverio Zapico, Adolfo Mariño, el arcipreste de Gijón, Juan Hevia, José Antonio Santaclara, Carlos Álvarez, José García y, por último, Eduardo Jiménez, párroco de La Asunción.

"Hace 150 años salía de París un grupo de compañeras camino de España para instalar la orden en diferentes ciudades. La primera casa se fundó en Málaga; la de El Bibio fue un hito más -de los nueve centros educativos-, extendido a Roces y a Contrueces. A su vez se cumplen 60 años de la consagración del templo. Demos gracias por todo ello", dijo una de las religiosas antes de iniciarse la misa.

El Evangelio de San Juan correspondía a las palabras pronunciadas por Jesús en la Última Cena, donde insiste. "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". En la homilía el obispo auxiliar reconoció la inmensa labor llevada a cabo por la orden fundada por Santa María Eugenia Milleret, al haber formado a tantas generaciones de mujeres para bien de la Iglesia y de la sociedad. A su vez dio las gracias a La Asunción por permitir el uso del templo como sede parroquial. "En esta zona hay pocos pobres, pero muchos menesterosos en distinguir el bien del mal, luego vuestra labor es apasionante, y yo os animo a seguir educando en el estilo del Evangelio", añadió Juan Antonio Menéndez.

Al finalizar la misa, la religiosa Asunción Quirós dio las gracias a Asturias, a las familias por haberles confiado a sus hijos, al párroco, a sus compañeras y al coro de antiguas alumnas de La Asunción, que, dirigido por Tona y María Elena Felgueroso, acompañó toda la liturgia de forma magistral. Como despedida, un grupo de alumnas estrenó un nuevo himno de La Asunción, compuesto por la religiosa Camino Lescún.