"Si un artista no se pone al borde del precipicio, no es de verdad un artista". El actor y director de teatro Andrés Lima participó ayer en las Jornadas Culturales de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) con motivo del "Día mundial del teatro", y lo hizo animando a los estudiantes a implicarse al máximo en "una profesión que es un riesgo en sí misma, muy difícil, pero en la que, una vez que entras, es muy difícil salir", recalcó.

Lima repasó para los alumnos toda su vida profesional, que paradójicamente no contó con una formación académica al uso. "No me admitieron en la Escuela de Arte Dramático", relató con humor. Algo "nada recomendable", pero que en su caso pudo suplir con "cursos, talleres y mucho trabajo". Un esfuerzo como actor de más de una década que "me llevó a enfocarme más hacia la dirección con el tiempo", contó.

Así, y junto con profesionales de la talla de Alberto San Juan, Nathalie Poza, Ernesto Alterio o Willy Toledo creó en el año 1996 la compañía "Animalario", con unos inicios algo atropellados, con "mucha improvisación, esqueches cortos y muy buenos resultados en La Cuarta Pared".

Lima habló de la delicada situación actual, del "microteatro", un formato que "creo que está haciendo daño al género" y de sus planes de futuro, que de manera inmediata pasan por una gira con la obra "Los Mácbez" y por la reunión de nuevo del grupo del "Animalario".