Le valió una sola apuesta de un euro en la bonoloto -dos euros en total, dado que con el mismo resguardo el afortunado también jugará hoy, viernes- para llevarse un premio de segunda categoría, con cinco aciertos más el complementario, y 45.147,53 euros. "Mejor no le pudo haber salido, fue una jugada perfecta, y eso que los números los seleccionó una máquina de forma automática. Siempre se piensa que así nunca toca y ya vemos que no", sostiene Luisa Amado, responsable de la librería Rotterdam de Ramón y Cajal -el titular es su esposo, Juan Carlos Vigil- donde el miércoles hubo suerte con la bonoloto. El negocio lleva más de 40 años dedicado a los juegos de loterías y apuestas y, pese a que no son novatos en los premios, ayer lo estaban disfrutando. "Es una gran alegría, sobre todo, porque somos un local de barrio y por aquí suelen pasar siempre los mismos clientes. Aunque el afortunado no se ha dado a conocer, no descartamos que lo haga. Hace quince días un cliente ganó 6.000 euros y días después pasó a contárnoslo", cuenta Luisa Amado. Para Amado, cualquier premio es un aliciente, pero "en épocas como éstas mucho más".