El dramaturgo Juan Antonio Hormigón, presidente de la Asociación de Directores de Escena de España, se mostró ayer escéptico sobre el significado de la cultura en España, pero lo hizo con una apuesta por la necesidad de recuperar personas y obras que forman parte de una historia cultural olvidada por los dramáticos acontecimientos que vivió el país con su última guerra civil y los largos años del franquismo. Unas páginas en las que, a su juicio, debemos incluir el nombre del exiliado asturiano Francisco Martínez Allende.
"Mantuvo su condición de asturiano", afirmó Hormigón en la presentación de "Camino leal", rescatada obra de Martínez Allende que acaba de editar la Asociación de Directores de Escena. "Los españoles solemos dormitar en un presente, pero somos poco conscientes de lo que hemos perdido", dictaminó.
La presentación de "Camino leal", que Hormigón quiso hacer en Gijón por fidelidad a las señas asturianas de Martínez Allende, reunió en el Antiguo Instituto una destacada representación del mundo teatral y cultural: el historiador David Ruiz, catedrático emérito de la Universidad de Oviedo; Eladio de Pablo, director de la ESAD del Principado; Etelvino Vázquez, director de "Teatro del Norte"; Rodrigo Vázquez de Prada, director de "Crónica Popular", y Roberto Corte, responsable de la revista "La Ratonera".
Hormigón recurrió a las viejas fotos para reconstruir el perfil biográfico de Martínez Allende. Nacido en Onís, en 1906, falleció en Buenos Aires en 1954, tras un exilio que le llevó primero, tras la derrota republicana en la Guerra Civil, a Francia y Cuba. Muy identificado con el proyecto cultural de la República, escritor, actor y director, formó parte de la Alianza de Intelectuales Antifranquistas.
