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Tres colores, una esperanza

"Que Borbón sólo sea un apellido más", claman las decenas de simpatizantes que acuden al cementerio de Ceares a recordar a los caídos por la República

Adrián Rodríguez toca el violonchelo en el acto celebrado ayer en el cementerio de El Sucu. Lluís Daza

"Que Borbón sea un apellido más, igual que Piñera, por ejemplo. Que Borbón sólo vaya antes de Piñera si lo ordenamos alfabéticamente. Que nadie, simplemente por su apellido, sea más que nadie". Así puso el broche Luismi Piñera, escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, a su discurso en el acto de la ofrenda floral ante la Fosa Común, en el cementerio de El Sucu de Ceares, donde se encuentran los republicanos represaliados. Un acto que aglutinó a decenas de simpatizantes y que hizo que las banderas tricolores, de la República, ondeasen al mismo tiempo que sonaba el himno de Riego, interpretado por el violonchelista Adrián Rodríguez.

"El canto de los pájaros", de Pau Casals, y "Sarabande", de Bach, completaron los temas tocados para la cita, organizada por el Ateneo Obrero de Gijón y la Sociedad Cultural Gijonesa en ocasión del 81.º aniversario de la proclamación de la II República. Al mismo acudieron numerosos representantes de Izquierda Unida, como sus coordinadores a nivel regional y local, Manuel González Orviz y Marcos Muñiz; el senador Jesús Iglesias, o la diputada regional Emilia Vázquez. Asimismo, estuvo presente Jesús Montes Estrada, ex concejal gijonés y ex coordinador local del partido. También hubo representación del PSOE, encabezada por su secretario general en Gijón, Santiago Martínez Argüelles.

Los presidentes de la Sociedad Cultural Gijonesa y el Ateneo Obrero, Pedro Roldán y Luis Pascual, presentaron el acto. Este último apeló a "los valores republicanos de la igualdad, democracia, libertad y fraternidad, que no viven sus mejores momentos" y tuvo palabras de "recuerdo a los que cayeron en la defensa de esos valores".

Un recuerdo que fue motivo del acto. Pero en éste también hubo espacio para la esperanza republicana. Luismi Piñera, el elegido este año para pronunciar el discurso central, puso palabras a esa esperanza. "Quiero poder decir, más pronto que tarde, que yo soy un ciudadano de la República española. Los republicanos no somos gente rara, somos la mayoría", proclamó, antes de asegurar que "tenemos la sensación de que España está a punto de avanzar en ese sentido, y parece que hay un fantasma que recorre el país y que es el fantasma del republicanismo". Y agregó: "Pero la cercana III República no es algo fantasmal, es algo que se ve venir, es el futuro inmediato. La monarquía en España se ve como algo obsoleto, cada vez más. Siempre lo fue, pero ahora se nos antoja como una anacronía inaguantable".

Ante el asentimiento unánime de los asistentes, Piñera manifestó el deseo de todos ellos. "No queremos un jefe de Estado que lo sea para toda la vida y luego que su hijo herede el cargo", señaló después de reclamar, en el mismo sentido, "una forma de gobierno donde no haya súbditos y señores, una España, un Gijón del siglo XXI y no decimonónico".

Pero también miró Piñera, que lleva décadas siendo socio tanto del Ateneo Obrero como de la Sociedad Cultural, al pasado y tuvo palabras de recuerdo a los represaliados por el franquismo. Pidió "la rehabilitación moral de los ciudadanos que fueron víctimas por defender la democracia". Lo que, según sus palabras, "paradójicamente es dignificar a aquellos que nunca perdieron la dignidad". Sí reivindicó, en cambio, el papel de Gijón, "una ciudad republicana y con memoria, sin duda".

Tras su discurso tuvo lugar la ofrenda floral a la fosa común y sonaron los acordes del himno de Riego. Finalizó así el acto oficial, aunque algunos alargaron la jornada de homenaje y se acercaron al paredón del cementerio donde fueron fusilados los condenados a muerte por el franquismo. Allí hay colocadas varias placas en memoria de los fallecidos. Otro grupo de asistentes, encabezado por Boni Ortiz, se dirigieron al cementerio civil, donde descansa el cuerpo de la escritora Rosario Acuña. Ortiz recitó dos piezas de la artista gijonesa tras depositar una flor sobre su tumba.

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