La crisis de Ucrania, que ha elevado la tensión entre Estados Unidos y Rusia, se sitúa entre las "claves más inmportantes" para que Tenneco haya recapacitado sobre el cierre de su fábrica en Gijón. Así lo afirma Sergio González Begega, profesor de Sociología de la Universidad de Oviedo y experto en relaciones laborales y comportamiento de empresas transnacionales. Es, además, un estudioso del caso de Tenneco. "En cierta manera, la política exterior de Putin le ha hecho un gran favor a los trabajadores de Tenneco Gijón", señala con rotundidad.

González Begega explica que "hay un cambio contextual que también es importante para entender el cambio de criterio de Tenneco: la nueva situación geopolítica de las relaciones entre EEUU y la Unión Europea con Rusia. La tensión política entre ambos bloques comerciales ha crecido de manera muy significativa por la situación de Ucrania. Esto ha influido, sin duda, para que la dirección corporativa de Tenneco en Illinois haya decidido abandonar su proyecto de apertura de la planta de Togliatti en Rusia. No hay que olvidar que en los planes iniciales de la dirección estaba enviar los robots de Gijón a esa nueva fábrica. Resulta curioso pensar en el alcance y la interconexión de los procesos dentro de la economía globalizada pero, desde luego, ahora mismo Rusia no parece un lugar muy adecuado para que una empresa estadounidense efectúe una inversión", razona el investigador.

Explica, además, que "lo de Rusia, por estrambótico que pueda parecer, no es ninguna broma; hay un concepto económico que es muy importante para determinar las decisiones de inversión de las empresas transnacionales, que es el riesgo-país". Y continúa argumentando que "es evidente que, para Tenneco, la posibilidad de invertir en Rusia tiene ahora un nivel de riesgo mucho más alto que el que había antes de la crisis de Ucrania. No solo por las sanciones comerciales que se puedan interponer mutuamente entre EEUU y Rusia sino por la propia estabilidad de la inversión a medio plazo". La crisis de Ucrania ha sido así "clave" para el cambio de criterio de la dirección mundial de Tenneco con respecto a su planta gijonesa.

Begega suma al factor de la crisis de Ucrania otras dos claves para que la situación de cierre de la fábrica de Gijón diese un giro de 180 grados. "Primero, la sentencia que anuló los despidos, que proporcionó munición a la Comisión Europea para presionar más efectivamente a la dirección de Tenneco; y, segundo, la sustitución de los directivos europeos y toma de responsabilidad por parte de la dirección corporativa de Tenneco y su presidente, Gregg Sherrill", señala.