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A propósito de Cáritas

El Viernes Santo ha de ser visto como la expresión máxima de la compasión con los pobres y oprimidos

A propósito de Cáritas

He esperado con prudencia, ya que intuía que una persona con gran criterio, opinión y sabiduría se manifestaría dando una lección cum laude. Así aconteció en el artículo del domingo 6 de abril, en este mismo periódico, de don Javier Gómez Cuesta, cura párroco de San Pedro, con ocasión de los demoledores informes de Cáritas.

Hoy, Viernes Santo, acontecimiento histórico donde los haya, procesionamos al Cristo Yacente. Pero no muerto. Estuvo en nuestra vida, pero sigue estando. ¿Para qué estuvo? Para manifestar su más profunda compasión y escandalizarse de la pobreza.

"Tuvo compasión de ellos". La enseñanza más distintiva del cristianismo es que Dios se despojó de sus atributos divinos y participó de lleno en la experiencia humana. En este proceso Jesús mostró al mundo que los seres humanos pueden ser santos al practicar la compasión con el pobre, el oprimido, el incapacitado, el paria y el extranjero. Mateo 25:31-46 lo subraya de la manera más diáfana y contundente. Tenemos también ejemplos en Marcos 10: 21-22: "Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y ven y sígueme". O en Lucas 4:18,19: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto no ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres..."

Elena White escribió: "Muchos pueden ser alcanzados sólo por medio de actos de bondad desinteresada".

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento las referencias son múltiples: llenarían folios y más folios de tan prolija materia de preocupación social. Y en estas estamos en la actualidad con la ingente labor de Cáritas.

¡Por favor! No se pierdan la procesión de hoy Viernes Santo, cuya emotividad y compasión, tanto de los pasos que acompañan (La Dolorosa, La Piedad, La Soledad) como sobre todo de ese Cristo Yacente, evocan, sin lugar a dudas, lo que he comentado. Y cuya expresión más significativa es la de Paz y Bien, emblema de los hermanos franciscanos, encomiable ejemplo de dedicación a los pobres. Como San Francisco pidió al Cristo de San Damián: "Fe recta, esperanza y caridad".

Tengan todos una feliz y penitencial procesión.

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