La sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, ha condenado a ocho años de cárcel a Joaquín J. S., el ovetense de 37 años que propinó una brutal paliza a un jubilado de 63, vecino de La Calzada, en el verano del año 2012 , a las puertas de un bar de la calle Pizarro. Los magistrados consideran probados los hechos por los que pedían la condena del reo tanto la acusación particular como la Fiscalía y otorgan además a la víctima una indemnización de 85.000 euros. El sexagenario denunciante quedó tuerto y parcialmente sordo como consecuencia de los golpes recibidos.

Los hechos tuvieron lugar a las seis y media de la madrugada del 14 de julio de 2012. La víctima entró al bar en el que se encontraba Joaquín J. S. pidiendo ayuda para un amigo que se encontraba tirado en la acera. En ese momento, y "sin que conste que hubiera motivación alguna para ello", el procesado la emprendió a golpes con su víctima. Primero le dio puñetazos hasta que cayó al suelo, luego le propinó varias patadas en una agresión que el propio tribunal define como "salvaje".

Dos días después de estos hechos la Policía Nacional encontró al acusado en una vivienda situada en Llaranes (Avilés) en la que Joaquín J. S. vivía con su novia haciéndose pasar por su cuñado. Los agentes localizaron en el inmueble una licencia de pesca y una tarjeta sanitaria que el delincuente había sacado con el nombre de su familiar político. Cuando le llevaron a los calabozos de las dependencias de la Comisaría de El Natahoyo, los investigadores pudieron identificarle y poner fin, además, a una fuga de más de doce años. Y es que la justicia de Cantabria buscaba a Joaquín J. S. desde hacía más de una década como responsable de un asesinato que había tenido lugar en la pequeña localidad cántabra de Boo de Guarnizo. La Policía asegura que fue allí donde el ahora procesado acabó con la vida del cliente de una terraza de hostelería al que presuntamente mató a puñaladas. A pesar de las pruebas de su autoría del crimen que presentaron los agentes, el reo quedó finalmente absuelto. La viuda del fallecido fue incapaz de reconocerle por lo que el magistrado de la sección tercera de la Audiencia Provincial de la comunidad vecina decidió disolver el jurado popular encargado del caso. En Gijón Joaquín J. S. no ha tenido tanta suerte. La Audiencia Provincial de Asturias mantiene que los restos de ADN obtenidos en la zona en la que tuvo lugar la paliza y los testimonios que ofrecieron los testigos son suficientes para considerar al reo autor de un delito de lesiones atenuado, en parte, por la embriaguez que presentaba el detenido.

Además de su arresto en Llaranes el reo acumulaba en el momento de su localización otras condenas en su historial delictivo. La Policía Nacional asegura que antes de su localización en Asturias Joaquín J. S. ya había sido detenido en varias ocasiones anteriores por delitos cometidos en Elche, Santander y León. Un juzgado de Gandía había ordenado además su búsqueda en el año 2005 por una estafa cometida por el método del tocomocho.

Falso testimonio

En su sentencia el tribunal de la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias pide también que se abran diligencias contra uno de los testigos, al que se acusa de cometer un delito de falso testimonio. Se trata de un hombre de 52 años de edad que estaba en el local en el momento de la agresión y que se negó durante el juicio a reconocer al procesado a pesar de que ya le había señalado como culpable de la paliza en su primera comparecencia ante el juez que investigaba los hechos.