Es un festival "crítico, complicado, comprometido", una cita que cumple su 27 edición y que abre el estío gijonés entre libros, charlas, presentaciones, encuentros, puestos de comida, carruseles y una noria gigante. Una cita, la "Semana negra", que arranca en siete días y que "empieza a consolidarse en este espacio, a pesar del halo de incertidumbre que siempre la envuelve". El primer teniente de alcalde gijonés, Rafael Felgueroso, defendió ayer en la presentación del "Rufo", la mascota del festival, la celebración de una cita "literaria y lúdica" que supuso "uno de los primeros problemas que afrontamos cuando llegamos al gobierno, sin espacio para celebrarse, y que parece que se va consolidando" en los terrenos de Poniente, por tercer año consecutivo.

Las quejas vecinales que cada año suscita la "Semana negra" le han servido además este año a la organización como enganche y reivindicación a la hora de crear al "Rufo": un hombrecillo rechoncho que, por obra del artista asturiano Quique Herrero, se ha pintado de verde para dar forma a un "cronopio", uno de los personajes de los cuentos del libro "Historias de Cronopios y de Famas" del escritor argentino Julio Cortázar, que será homenajeado el próximo día 11 de julio.

No se sabe cómo son los cronopios, porque la única pista que su creador dio sobre ellos es que "son verdes", además de que "les gusta el ruido, tienen la casa desordenada, son bullangueros y despiertan las quejas de los vecinos, un poco como nosotros", enumeró el director de la "Semana negra", José Luis Paraja. Por todo ello, y habida cuenta de que este año se cumple el centenario del nacimiento y las tres décadas de su fallecimiento, el "Rufo" de esta edición "no podía ser otra cosa que un cronopio".

La presentación oficial de la mascota y del programa completo de actividades para los diez días que dura el evento sirvió también para recordar cómo "los ciudadanos son los que soportan este festival", que fundamentalmente se ha concebido como una forma de "acercar la cultura a la calle y facilitar el acceso a la cultura a todos los ciudadanos", indicó Paraja, antes de reafirmar la voluntad de los organizadores de "mantener esa identidad". Porque, como apuntó la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Ana González, "la 'Semana Negra' no coloca la literatura en el pedestal inalcanzable con el que sueñan verla instalada ciertas élites, la baja a pie de calle, la convierte en patrimonio de la gente y la pone a convivir con otras manifestaciones que lejos de desprestigiarla la ponderan y engrandencen". Dentro de una semana, y durante 10 días, irán pasando por el recinto de Naval Gijón más de 140 autores de España, Argentina, Bulgaria, Chile, Serbia, Francia, Estados Unidos, Uruguay, México o China. Entre todos hablarán de fotoperiodismo, derechos humanos, patrimonio arquitectónico, nuevas tecnologías, o utopías. Presentarán decenas de libros, invitarán al debate en la Carpa de Encuentros, la Carpa Biblioasturias y en el Espacio a Quemarropa, y también se podrá disfrutar de música, con conciertos de Carlos Jean, Hamlet, Pony Bravo o Miguel Costas, entre otros. Como siempre, sin parar.