La ovetense Dany Faccio, arquitecta de formación, se ha hecho un hueco entre las voces autorizadas en materia de celiaquía. Un blog que empezó como un recetario la ha convertido en un referente para quienes buscan información sobre una intolerancia alimenticia que cada vez da más que hablar. En la Feria de Muestras recién concluida Faccio ofreció incluso clases de cocina para los interesados.
-¿Desde cuándo sus actividades giran en torno al mundo de los celiacos y el gluten?
-Me diagnosticaron celiaquía hace cuatro años, más o menos, y de la necesidad salieron las soluciones. Empecé a buscar recetas, ya que los productos de supermercado son muy malos o muy caros -aunque ahora ya está mejorando un poco la situación-, y de ahí nació el blog. Me di cuenta además que no era una cuestión de recetas, ya que se necesitaba apoyo en otros sentidos.
-¿Cómo definiría la celiaquía?
-A mí no me gusta llamarlo enfermedad, aunque hay gente que sí lo hace. En el momento que como sin gluten yo estoy perfectamente. Es una intolerancia alimentaria permanente con base genética, ya que puedes tener predisposición a ello. El intestino tiene una reacción adversa al gluten y se autodaña. El gluten está presente en varios cereales como el trigo, la cebada, el centeno?
-¿Cuánto tiempo lleva con su blog? ¿Para qué lo utiliza?
-Llevo con el blog "Singlutenismo" aproximadamente tres años. Desde ahí intento ayudar a todo el que necesite información o recetas sin gluten. Aparte, modero tres grupos de Facebook para celiacos donde entre todos nos ayudamos, ya que somos una comunidad muy solidaria y agradecida. Siempre compartimos experiencias en restaurantes, o con distintos productos.
-¿Conoce el proyecto "Gijón Sin Gluten" con el que la ciudad se intenta promocionar entre dando a conocer negocios que atienen a su colectivo?
-Me parece una iniciativa muy interesante. Todo lo que sean ofertas en las ciudades para celiacos, y que aseguren seguridad, está genial. Es una cuestión de difusión e información para todo el mundo.
-¿Es algo exportable a otras ciudades?
-Sí, claro. Todo lo que sea en beneficio del celiaco está bien. Lo importante es que este tipo de proyectos tengan una formación detrás. Es muy fácil decir no le pongo trigo a este producto, pero hay una cuestión de manejo, de contaminación cruzada que a no ser que tengas las herramientas adecuadas puede ser peligroso. Mi experiencia en Valencia, donde estudié Arquitectura, es muy buena, porque la asociación regional de allí es muy activa.
-¿Cree que iniciativas como esta pueden llegar a promover un turismo celiaco?
-Desde luego, por descontado. Por ejemplo, todo el mundo dice que Italia es el paraíso del celiaco. Hay mucha oferta para comer sin gluten, está todo muy bien indicado, y todo ello hace que vayas muy tranquilo como celiaco. Esto se puede realizar también dentro de España, por supuesto. Tener un destino celiaco predilecto genera negocio.
-Utiliza los viajes para aconsejar desde su blog rutas sin gluten. Con la perspectiva adquirida, ¿en qué posición se encuentra España en el tratamiento al celiaco?
-España está bastante bien. Aquí por lo menos dices celiaco y no suena a chino. Estuve viviendo en México y al decir celiaco les sonabas a extranjero. Incluso me llegaron a decir que no podía comer arroz porque venía del trigo, así que imagínate. De todas formas me consta que últimamente ha mejorado la cosa. En España el tema está mejor, aunque seguimos pecando, por ejemplo, en el tema de los precios.
-¿Siguen siendo muy altos?
-Muy, muy altos. FACE (Federación de Asociaciones de iacos de España) elabora un estudio anual de comparativa de precios. Coge dos dietas equivalentes, una con gluten y otra sin él, y a lo largo del año los celiacos pagamos 1.600 euros más.
-¿Y problemas con el etiquetado?
-Hay de todo, encontrar una etiqueta que marque "Sin Gluten" es muy fácil, pero es muy fácil ponérselas. Para obtener esa etiqueta tiene que tener menos de 20 partes de gluten por millón. La cosa es que en España no hay nadie que controle eso. La FACE elabora su lista de productos aptos para celiacos, así que los que se salgan de ahí, aunque tengan la etiqueta "Sin Gluten", no los puede controlar nadie. En cuanto al etiquetado de trazas, la nueva legislación de la Unión Europea sigue sin obligar a plasmar la presencia de alergenos, ya que lo deja a elección de cada país. Seguimos estando en tierra de nadie.
-Entonces, ¿cuáles son los pasos a dar para mejorar?
-En cuanto a etiquetado, comprobar que todos los productos sin gluten lo sean realmente, y que ese control venga desde la administración. Aparte, se tiene que obligar al etiquetado de trazas. En cuanto a restaurantes, se va a obligar a decir que alergenos hay en cada plato. En un restaurante serio, de dinero, sí que puedes estar más segura de que vaya a haber un control, pero vete a un restaurante de pueblo a ver qué te dice el señor?
-¿De dónde saca las recetas para su blog?
-De todas partes, pero muchas las saco de mi abuela. También voy adaptando las cosas que veo.
-¿Y el proyecto con el que ahora se encuentra, el "Taller Sin Gluten"?
-Surgió porque Raquel (del blog "Celiaquines") y yo notamos que había necesidad de formar a la gente más allá de poner recetas. Nuestra misión es ir a enseñar a la gente cómo se hacen las cosas, mostrar a los celiacos herramientas para su día a día, que coman rico, saludable y que no se crean que van perderse nada.
