Los tradicionales cancios de chigre volvieron a resonar con fuerza ayer en plaza Mayor, de la mano de la Coral "Villa de Jovellanos". Tras una dubitativa última edición, en la que muchos no comprendieron la inclusión de canciones, como "A quien le importa", "Resistiré" o "Como yo te amo", que se salían ligeramente del repertorio habitual, este año las aguas han vuelto a su cauce, con un amplio abanico de 24 sones asturianos y marineros. Aunque también hubo novedades como el "Canto a Gijón" de Antolín de la Fuente, tema prácticamente inédito, que el músico gijonés grabó con la agrupación en los años 90; o el clásico "Clavelitos", que gozó de una magnífica acogida entre los asistentes.

Desde las 21.00 horas, todos los que acudieron a la explanada municipal volvieron a corear, libreto en mano, canciones de gran arraigo como "Chalaneru", "El Rey", "Soy de Berdiciu" o "Gijón del alma". "Llevamos viniendo desde el primer año porque nos encanta la alegría que respira el acto, y sobre todo el ambiente de hermandad que hay. Podemos cantar unos al lado de otros sin conocernos de nada", explicaban las hermanas, Pilar y Juani García, que acompañaban a la corista Asunción Herrero, minutos antes de que se subiera a las tablas, junto a sus compañeros de la agrupación "Villa de Jovellanos".

Desde el escenario animaron durante más de dos horas a un público, entre enardecido y emocionado, que abarrotó la plaza Mayor, y que, una vez más, fue el auténtico protagonista de la noche. Y eso que, a diferencia de otros años, la guitarra, el violín o la batería acompañaron los solemnes cánticos de la multitud. "Los instrumentos están aquí para sumar, no para robar protagonismo, porque este es un concierto ofrecido por y para la gente", comentaba Alfredo Rodríguez López, presidente de la Coral "Villa de Gijón". Y lo cierto es que, tanto el violín, como el tambor o la gaita confirieron al concierto un espíritu de unión digno de las mejores familias, provocando que a más de uno se le escaparán las lágrimas.

De nuevo el concierto popular, en el más amplio sentido de la palabra, triunfa, en una plaza Mayor que se empieza a quedar pequeña para acoger a tantas voces amigas y hermanas. Como se quedará pequeña, hoy, en la fiesta final de la sidra. Una degustación de 2.300 cajas de sidra, a razón de un centenar por cada uno de los 23 llagares que participan en el festejo y que ofrecerán sus caldos a los miles de asistentes. El pistoletazo de salida dominical lo pondrá la "Ofrenda del primer culín", a las 12.00 horas. La Alcaldesa, Carmen Moriyón, dará la bienvenida a todos los asistentes y impondrá el "Tonel de oro" a Gustavo Costales, de Sidra Frutos. A continuación los llagareros premiados el pasado año, Samuel Trabanco y José Manuel Arbesú escanciarán los primeros culinos. Al final de la mañana se conocerán los premios "Elogio de oro" al mejor caldo servido en esta fiesta de la sidra gijonesa por decisión de un jurado profesional, y el correspondiente a la valoración del público. Aún queda fiesta por catar.