Los cuatro patos hallados moribundos en el entorno del río Piles en la tarde del pasado martes, y que fallecieron poco después, podrían estar afectados por botulismo, una intoxicación provocada por una bacteria que paraliza el sistema nervioso y que se reproduce con facilidad en aguas estancadas y a una temperatura elevada.

Los técnicos del Principado aún deberán efectuar las necropsias a las aves fallecidas, aunque como apuntaba ayer Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista Asturiana, "todo parece indicar que se trata de botulismo, una enfermedad que ya se ha detectado en más ocasiones en el mismo entorno y que supone un riesgo de salud pública para los humanos si no se retiran los cadáveres de los patos de forma adecuada".

Pontigo señala que la Coordinadora ya ha advertido al Ayuntamiento gijonés en reiteradas ocasiones de la presencia de esta bacteria, pero "nunca se han tomado medidas". Entre ellas, los ecologistas citan un enfriamiento de las aguas de las charcas y estanques para eliminar las bacterias, y "un correcto manejo de los patos muertos, antes de que se contagien nuevos individuos".

Entretanto, la vida vuelve al Parque de Isabel la Católica con la incorporación de 13 nuevos ejemplares de patos llegados en los últimos días desde un criadero de Cáceres. Las aves han sido introducidas en el estanque pequeño, protegido con una cerca eléctrica, a salvo de la actuación de depredadores como la nutria que en dos años diezmó la población de aves del espacio verde gijonés.