El gijonés de 37 años detenido como presunto autor material de la muerte a puñaladas de Andrés Valdés Bermejo a mediodía del pasado domingo ingresó ayer en la prisión de Villabona. El principal sospechoso del homicidio pasó ayer por la mañana a disposición del juez de guardia, que decretó su ingreso en prisión. También declaró ante el juez el segundo arrestado como supuesto colaborador en la destrucción de pruebas, un vecino de Candás de 49 años, que quedó en libertad provisional por decisión del juez. De esta manera la Policía Nacional da por cerrada la investigación de un crimen por el que también fue arrestada la pareja del presunto homicida, aunque fue puesta en libertad poco después al comprobar que no había tenido nada que ver con los hechos.

Los agentes encargados de la investigación del caso no han dado con las armas que se utilizaron en el homicidio, dado que podrían haber sido arrojadas al mar. Se trataría de un arma blanca, posiblemente un cuchillo con el que el autor de los hechos apuñaló hasta en 20 ocasiones a la víctima en el pecho y en el abdomen, y de un hacha o machete con el que también le habría infringido lesiones en el cráneo.

La Policía presume que el acusado, ya en prisión, contó con la ayuda del candasín en su propósito de eliminar pruebas. De hecho, la Comisaría hizo saber ayer a través de una nota que los agentes hallaron restos de una hoguera en un bosque de eucaliptos en la carretera entre Luanco y Avilés, en la que se encontraron restos de utensilios presuntamente utilizados para limpiar la casa de la víctima tras la comisión del crimen, así como partes de tejidos que no llegaron a quemarse por completo y que podrían corresponderse con la ropa que llevaba el homicida en el momento de los hechos.

Los agentes ya se percataron en un primer momento de que la escena del crimen se encontraba revuelta, con muebles desplazados de su ubicación habitual al tratar el autor del apuñalamiento de eliminar evidencias limpiando las estancias.

El cadáver de Andrés Valdés fue encontrado en medio de un gran charco de sangre en la cocina de su piso social en Nuevo Roces en la noche del pasado lunes día 22, tras recibir hasta dos llamadas de los vecinos en las que se alertaba, en un primer aviso, de que se estaba produciendo un altercado en una de las viviendas, y varias horas más tarde, de que no habían vuelto a ver al vecino.

La primera detención se produjo a primera hora de la tarde del martes pasado, tras se identificado el principal sospechoso y montar un dispositivo de búsqueda. El presunto autor de los hechos fue arrestado cuando viajaba en coche con su pareja para recoger del colegio a su hija pequeña, y en el registro del vehículo se hallaron una caja metálica y una bolsa de plástico con 56 gramos de heroína y una navaja.

El arresto del presunto colaborador se produjo en la mañana del pasado miércoles en Candás, tras tener conocimiento de que los dos individuos eran conocidos y podrían haberse desplazado juntos a un paraje boscoso para tratar de eliminar las pruebas del homicidio.