Una línea de investigación abierta por la Fundación Hospital de Jove, en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela, ha demostrado la eficiencia de las células madre uterinas como inhibidoras del crecimiento de los tumores en el caso del cáncer de mama más agresivo. El trabajo acaba de ser publicado en la revista científica internacional "Oncotarget", una de las más importantes en esta especialidad, y también ha recibido el premio a la mejor comunicación científica en el cuarto Congreso Mundial sobre ciencia celular e investigación con células madre celebrado en junio en Valencia.

Los estudios llevados a cabo en Gijón han contado con la financiación de la Fundación para la Investigación con Células Madre Uterinas (FICEMU) y ha servido para aislar unas células madre que reúnen varias características que "las hacen enormemente interesantes y valiosas", en palabras del doctor Francisco Vizoso, jefe de la unidad de investigación de Jove. En primer lugar se trata de células madre "que se obtienen de forma fácil e indolora", porque para hacerse con una muestra basta con un cepillado de cérvix, el mismo que se realiza en las citologías rutinarias de control a las que se someten las mujeres. Además, estas células han demostrado "un crecimiento muy rápido; en menos de 48 horas llegan a duplicarse", explicaba ayer la doctora Noemí Eiró, también investigadora del hospital de Jove.

Pero la característica fundamental de este tipo de células es que son capaces de segregar sustancias, lo que científicamente se denomina medio condicionado, que tienen la propiedad de inhibir el crecimiento "in vitro" y en animales de los tumores de mama. Para ello se ha experimentado con cultivos de tumores de pacientes operadas de cáncer de mama y con ratones, a los que se han inducido tumores que, con la aplicación de estas sustancias segregadas por las células madre, han dejado de crecer "e incluso se ha apreciado una pequeña reducción". A todo ello se suma que el medio condicionado generado por este tipo de células ayuda a cortar la proliferación de células tumorales (la metástasis) y también favorece la muerte celular programada, además de tener propiedades antiinflamatorias.

Los investigadores también han comprobado que estas secreciones se pueden reducir a polvo y "siguen manteniendo sus propiedades, lo que abre un enorme campo a la investigación con células madre, no sólo en el cáncer", apuntaba ayer el doctor Roberto Montesano, colaborador en el proyecto. De hecho, se está estudiando ya un posible uso en la curación de úlceras en los ojos, en el tratamiento de otros cánceres como el de ovarios así como en el tratamiento de heridas por su gran poder cicatrizante y antibacteriano.

El doctor Román Pérez, cabeza de la investigación desde Santiago de Compostela, señalaba por su parte que, de momento, lo que se ha hecho es "abrir una importante línea de investigación", a la que esperan que se sumen nuevos grupos y la industria farmacéutica. Aún no se sabe cuándo se podrán realizar los primeros ensayos clínicos con pacientes, ni cuándo podrá desarrollarse un medicamento aplicable a partir de estas células, puesto que se trata de desarrollos a largo plazo. Pero los investigadores están "realmente esperanzados" con el "gran paso" que ya se ha dado.

Y el Rotary Club de Gijón ha seleccionado esta investigación como beneficiaria de la cantidad que se recaude en la cena benéfica que tendrá lugar el próximo 29 de noviembre en un hotel de la ciudad. Un impulso más a un proyecto "con mucho futuro".