Tomás Emilio Díaz González, decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, alertó ayer de que "la falta de mantenimiento" está ocasionando, en Asturias, el desarrollo de peligrosas plantas invasoras, la peor de ellas la denominada hierba de la Pampa, originaria de Argentina y el sur del Brasil.

Díaz González, que es catedrático de Botánica y director científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, protagonizó la segunda conferencia de las X Jornadas "Jovellanos" de divulgación científica, que se desarrollan en el Centro de Cultura Antiguo Instituto organizadas por el IES Real Instituto de Jovellanos. Su disertación se tituló "Las invasiones biológicas: causas y efectos".

La introducción de las denominadas especies invasoras, tanto en la fauna como en la flora, pueden ocasionar graves perjuicios en la producción agrícola, ganadera y forestal y, explicó el conferenciante, "son una amenaza para la diversidad biológica".

Puso como ejemplo de especies invasoras en el mundo de la fauna asturiana la ostra japonesa, que se cultiva en la ría del Eo; el cangrejo americano, que termina con el autóctono en ríos, embalses y lagos; la navaja americana; la avispa asiática, "que se come a las abejas", ocasionando, subrayó Tomás Emilio Díaz González, la falta de polinización; la mosquita del corzo, que pone sus huevos en las fosas nasales de esos animales; la perca americana y la rata parda.

En cuanto a la flora, en Asturias están censadas, señaló el decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, 2.807 plantas, de las que 2.090 son autóctonas y 124 invasoras. De ellas, el 58 por ciento proceden de América debido fundamentalmente, explicó Díaz González, a la gran emigración asturiana a dicho continente. De hecho, más de la mitad de esas plantas invasoras fueron introducidas en Asturias por el hombre como flora ornamental.

En cuanto a la hieba de la Pampa, el conferenciante explicó que fue introducida en Asturias de dos maneras: por un lado, por el Ministerio de Fomento, con el objeto de aguantar taludes y adornar medianas en las autovías, y como planta ornamental en muchos chalés.

Su erradicación es complicada y tiene que hacerse con un trabajo constante, explicó Díaz González. Pero la falta de fondos está ocasionando, afirmó, que por falta de mantenimiento esta planta invasora, como la uña de gato (originaria de África del Sur) o la margarita africana, esté proliferando son control alguno, con la zona de Avilés como el área en la que más se extendió hasta ahora.