Ser "scout" es un modo de vida, porque "te ofrece unos valores que no encuentras en ninguna otra parte, especialmente hoy en día en que la juventud no tiene muchas alternativas de ocio". Jessica Rubio, "scout" y monitora de los "Castores", el grupo de los niños de cinco años en el Grupo Scout San Miguel de Pumarín, tiene claro que "este es un mundo para vivirlo, y entonces la gente se daría cuenta de que no es lo que pensaban". Ellos llevan 30 años demostrándolo, y con motivo de tan redondo cumpleaños, ayer celebraron una fiesta en el Tendayu.

Se reunieron los 75 integrantes del grupo junto con otros "scouts" católicos de Gijón y Avilés para disfrutar de juegos, comida y una misa. Asistieron los más jóvenes, como Amanda Fernández, María Zapico o Andrés Fernández, y también otros que dejaron de formar parte del grupo como Ismael Ferreiro, que sigue siendo "scout" de corazón tras "haber aprendido unos valores fundamentales". "Somos una familia y aunque el trabajo es exigente, nos hace felices", resumía Amparo Suárez.