El espectáculo ofrecido anoche en el teatro de la Laboral, integrado por "Los Chicos del Coro de Saint Marc", y la participación estelar de Paloma San Basilio, casi llenó el aforo. El programa era atractivo, muy propio del tiempo de Navidad, y los protagonistas venían precedidos de la aureola que presta el cine. Antes del inicio del recital, la presentadora dijo que Paloma San Basilio, inmersa hoy en sus labores de escribir y pintar, únicamente participa en pequeños conciertos. Añadió que el coro ha cumplido 25 años, y que la película que les ha dado fama internacional se estrenó en 2004. Uno de los niños integrantes de la formación, el más pequeño, había aprendido el saludo en español. Fue muy aplaudido.

Veintitrés cantores, en una proporción equiparada entre chicos y chicas, salieron a escena. Iban vestidos por igual, pantalón a media pierna, negro, medias blancas y blazer gris. Interpretaron dos canciones antes de la aparición de Paloma San Basilio, para cantar juntos "Moon river". Vestida de encaje rojo, largo, se mantiene delgada y guapa, al menos de lejos. En el descanso, ¡qué alegría!, me encontré con el periodista y productor teatral Nacho Artime, buen conocedor de lo que ocurre entre las bambalinas, que aclaró, "de cerca está igual de estupenda, y a punto de cumplir 64 años. Hace mucho que no cantaba boleros y hay que ver lo bien que lo hace".

En un breve saludo, San Basilio manifestó que se encontraba feliz por volver a la tierra de sus abuelos. "Tú me acostumbraste", "Contigo en la distancia", "El día que me quieras", canciones de toda la vida, preciosas, que el público escuchó con placer. Se remató la primera parte con "Do, re, mi..." de la película "Sonrisas y lágrimas", unidas las voces del coro y Paloma San Basilio.

¿Cambiará de vestido?, me pregunté. Lo hizo, como corresponde a una gran vedette. Siempre le gustaron mucho las lentejuelas, así que, fiel a su estilo, su traje centelleaba. En esta segunda parte únicamente interpretó una canción, "Navidades blancas", acompañada del coro. Dirán ustedes que he hablado poco de los niños. Bien. No matan. Tienen el mérito de ser muy jóvenes, de matizar bien los pianos, los finales y conservar un buen empaste. Pero cantan a una sola voz, cuando aquí, y en toda Asturias, hay coros infantiles que tejen unas polifonías deliciosas. Sólo se advirtió un poco de variación vocal en el título "Castle in the sky"; el resto al unísono. Pero ya se sabe, vale más caer en gracia que ser gracioso, estos chicos tendrían que escuchar al coro infantil del colegio de las Madres Dominicas, por decir.

Al final, los encendidos aplausos no se sabe muy bien para quién eran en mayor medida. Paloma San Basilio lo había hecho muy bien, está en voz, tiene buen gusto, sabe. Concedieron dos propinas, "Cielito lindo", sólo el coro, y "Noche de paz", todos juntos.