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Un decálogo para atajar la "desprotección" del profesorado ante el fraude

La "desprotección" del profesorado para luchar contra el uso de medios fraudulentos por parte de los alumnos para copiar en los exámenes llevó a la dirección de la Escuela de Ingenieros a publicar un decálogo de normas sobre las pruebas de evaluación en el que se incluían aspectos como la imposibilidad de utilizar en los exámenes un material distinto al proporcionado o autorizado por el profesorado o la posibilidad de que en cualquier momento fuera requerida la identificación del alumno. La misma circular indicaba que la utilización de "medios ilícitos" para aprobar daría lugar a la calificación de "prueba fraudulenta" y, por tanto, la calificación de "0" en la convocatoria, no sólo en al prueba en la que se hubiera "pillado" al alumno copiando.

En el citado decálogo de normas de evaluación se recuerda a los estudiantes la recomendación de estar en el lugar de la prueba con, al menos, cinco minutos de antelación de que comience así como la indicación de que el alumnos debe mantener "siempre" su teléfono móvil desconectado o apagado. La sofisticación de las "telechuletas" llevó, en algunos casos, a acudir medios fraudulentos como los dispositivos inalámbricos que servían para comunicarse con otras personas que estuvieran en el exterior del aula y que, con acceso al enunciado del problema, facilitaran al estudiante las respuestas a la prueba. La normativa de evaluación también impide abandonar el aula antes de que se haya consumido media hora desde el inicio de la prueba.

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