En ocasiones, los objetos más insospechados pueden merecer el mayor apego y aprecio por parte de sus propietarios. Es lo que parece haberle pasado a Rodrigo Rato, exministro de Economía y Hacienda, expresidente de Bankia y exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, que después de las pasadas Navidades ha vivido una particular odisea para tratar de recuperar un par de cojines que dejó para su reparación en una tienda de costura en Gijón y que han acabado extraviados.

Dedicó Rato muchas energías en tratar de localizar dichos cojines, dos confecciones de grandes dimensiones que, allá por el pasado verano, dejó en el establecimiento que regenta Patricia Vázquez en la calle Emilio Tuya. Estaban descosidos por un lado, y tras realizar el pertinente encargo, la propietaria del negocio procedió a la reparación. Pasaron los meses, y como el dueño de los cojines no se personaba, la responsable del negocio decidió dejarlos en el contenedor de ropa situado al lado de la parroquia de los padres Capuchinos en la calle Uría. Y al poco tiempo, casualidades del destino, Rato regresó a Gijón para recuperar sus almohadones.

"Yo no lo reconocí cuando vino", aseguraba ayer Patricia Vázquez, que sólo quiere "dejar claro que en ningún momento los ofrecí a mis clientas; simplemente los doné porque no tenía sitio para ellos en el almacén y había pasado ya mucho tiempo; no quiero ningún lío por esto".

Rodrigo Rato llevó a cabo las pertinentes averiguaciones, y fue a parar a las puertas de la parroquia de los Capuchinos, a la iglesia de San Antonio de Padua, en pleno centro de Gijón. "Le atendimos en un primer momento, vino preguntando si sabíamos algo de unos cojines, pero le dijimos la verdad, que no teníamos ni idea, y lo derivamos al ropero del Voluntariado Vicenciano que es donde gestionan esas cosas", relataba ayer uno de los responsables de la parroquia.

El ropero es el establecimiento que habitualmente colabora con los padres Capuchinos cuando éstos reciben alguna donación de textiles, y por eso Rato encaminó sus pasos a la sede de la entidad, donde fue atendido por su presidenta, Isabel Ferrer. "Vino muy educadamente para informarse por el paradero de dos cojines de su propiedad, y nos contó lo que le había ocurrido en la tienda de costura", señala Ferrer. Las voluntarias se pusieron manos a la obra para tratar de recuperar los almohadones, aunque "la verdad es que no nos sonaban porque aquí recibimos numerosas donaciones".

Tras una búsqueda en el ropero e incluso en el almacén del Voluntariado Vicenciano con Rodrigo Rato como testigo, los cojines no aparecieron en ninguna de las dependencias. "Puede ser que se hayan dado a alguien que los necesitara o que se hayan vendido en el rastrillo solidario de Navidad", explica Isabel Ferrer, y así se lo hicieron saber a Rodrigo Rato. El expresidente de Bankia "se mostró muy amable y comprensivo en todo momento", aunque nunca llegó a decirles por qué tenía tanto empeño en recuperarlos, relata la presidenta de colectivo solidario, quien le comunicó a Rato que "podía estar tranquilo, porque en el caso de que se hubieran vendido, el dinero se ha destinado a una buena causa, y se quedó conforme".

El misterio de los cojines llegó a preocupar incluso a Cáritas, que ayer puso en marcha también un dispositivo de búsqueda por si pudieran haber ido a parar a sus contenedores. Ni en la nave de almacenaje textil de Llanera ni en la del País Vasco se halló rastro de tales objetos, de los que la delegada de Cáritas en Gijón, Pilar Menéndez, se desmarcó ayer completamente. "Nosotros no sabemos nada de esos cojines, nunca pasaron por nuestras manos", apuntan desde la entidad.

La hipótesis que toma más fuerza es la de que los dos cojines, de grandes dimensiones y tela muy gruesa, fueron vendidos en el transcurso del mercadillo navideño que organizó el Voluntariado Vicenciano en las instalaciones de la parroquia de San Antonio. Una cita a la que acuden muchas personas en busca de gangas y curiosidades a precios muy reducidos, con objetos que llegan a venderse incluso por un euro.

Dicen que Rato está muy interesado en recuperar sus dos cojines y en pagar por ellos.