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Un biberón que se calienta al sol

Rodrigo García, alumno de 16 años del Codema, gana un concurso europeo de nanotecnología con una propuesta de almacenamiento de energía solar

Por la izquierda, Rafael Montero (profesor), Pablo Peña (segundo premio) y Rodrigo García (primer premio).

Rodrigo García se encontraba un día con sus primos pequeños, cuando se le ocurrió una idea brillante. ¿Qué pasaría si vas por calle y necesitas calentar un biberón? Esa pregunta, y su respuesta, le abrió las puertas del primer premio del concurso "Innovative Ideas". Este gijonés de 16 años, alumno del Corazón de María, elaboró un proyecto sobre nanomateriales que son capaces de autocalentarse al almacenar energía solar y liberarla según las necesidades del usuario. "Se me ocurrió que se podría usar un material, para que se caliente, con la luz de sol, mediante por ejemplo fricción con las manos, es decir frotando", explica.

El proyecto de Rodrigo García no fue el único distinguido, ya que el de su compañero de colegio Pablo Peña Suárez se llevó el segundo premio. En su caso, miediante un proyecto que permitiría encontrar un objeto pequeño mediante una pegatina con un sensor. "Lo pensé cuando perdí las llaves", explica. "Constaría de una pegatina, con nanotransmisores, que haría que se rastrease la señal y pudiéramos encontrar esos objetos", comenta mientras aclara que la búsqueda se podría también realizar desde el propio teléfono móvil.

El concurso "Nanodiode" es un proyecto financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea, cuyo objetivo es promover el diálogo en la sociedad sobre los futuros usos de las nanotecnologías. De esta manera se pidió al alumnado que imaginase una forma de aplicarlo al día a día. Hubo multitud de propuestas, pero solo 16 alumnos fueron votados como finalistas, con dos premios importantes para dos alumnos gijoneses del colegio Corazón de María, del curso de Primero de Bachillerato, Rodrigo García Ferreiro y Pablo Peña Suárez.

Rodrigo García disfrutará como premio de un fin de semana para dos personas en Amsterdam. Le gustaría en el futuro cursar estudios de ingeniería, porque sus inquietudes son "el ahorro energético y las energías renovables". Su proyecto en el concurso "Innovative ideas" recibió los elogios del jurado. "No sólo reflexiona sobre usos corrientes de nanomateriales. De forma deliciosa conecta tecnologías innovadoras para un problema cotidiano que él mismo ha experimentado", señaló el jurado Koer van Mensvoort. Mientras que Pieter van Broekhuizen, otro miembro del tribunal, añadió que a partir de ahora "el único desafío es la realización técnica de la idea".

El segundo premio de Pablo Peña fue repartido con otros dos alumnos, la italiana Serena Della Rosa y el alemán Edanur Demirsoy. Su distinción consistirá en visitar un centro de investigación relacionado con su proyecto. "Al fin y al cabo no son ideas muy difíciles de desarrollar", señala Peña, uno de los futuros talentos de la nanotecnología, la ciencia del futuro.

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