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El Puerto parará la actividad granelera si la meteorología dispara la contaminación

La normativa medioambiental de la Autoridad Portuaria obliga a las empresas a mejorar sus técnicas para evitar la emisión de partículas

Al fondo, polvareda levantada en EBHISA por el vendaval del lunes. JUAN PLAZA

La Autoridad Portuaria de Gijón se reserva la facultad de limitar o suspender las actividades que generen emisiones atmosféricas en El Musel, incluida la descarga de graneles sólidos, si las empresas no toman las medidas adecuadas para evitar la polución "o si por las condiciones meteorológicas dichas medidas son insuficientes para evitar la afección a terceros", según recogen las normas ambientales del Puerto gijonés, que ayer publicó el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA).

El puerto de El Musel es uno de los focos de emisiones contaminantes que afectan a la zona oeste de Gijón, junto a las emitidas por la industria pesada implantada entre Gijón y Carreño. Los elevados índices de contaminación detectados en esa zona de la ciudad en diversos momentos del año, en especial cuando las condiciones meteorológicas impiden que las partículas se disipen, han provocado las quejas de vecinos y colectivos medioambientales, que las pusieron de manifiesto en el Consejo Municipal de Medioambiente, del que también forma parte el Puerto.

La normativa medioambiental portuaria señala, en el caso de las emisiones atmosféricas, que los responsables de actividades que generen dichas emisiones están obligados a adoptar "las mejores técnicas disponibles" para impedirlas o minimizarlas, algo que afecta desde la emisión de gases de combustión por chimenea o venteo de tanques y las emisiones de vehículos a motor, a las actividades con focos difusos: "sustancias que generen compuestos orgánicos volátiles, carga, descarga, manipulación, almacenamiento o transferencia de mercancías pulverulentas".

Una de las medidas que se concretan en la norma portuaria es la de limpiar y regar usando tensoactivos para evitar la emisión de partículas en las mercancías pulverulentas. La principal terminal granelera de El Musel, EBHISA, ya cuenta con estos sistemas de riego para sus parvas de carbón, que entran en funcionamiento automáticamente en función de la intensidad del viento y de la sequedad del ambiente. Las pilas de carbón de EBHISA son las que mayores problemas generan, debido a por su tamaño tardan muchos días en levantarse. El Puerto ya propició el traslado de otros tráficos de graneles sucios al nuevo Muelle Norte, para alejarlos de la ciudad lo máximo posible.

La norma publicada ayer en el BOPA también recoge que los camiones y otros vehículos que transporten y manejen esos graneles sólidos deberán limpiar las ruedas y circular con la carga cubierta. Esta última medida es la que más ha preocupado a un sector del empresariado portuario gijonés, al considerar que el entoldado obligatorio de todos los camiones encarecerá la descarga de abono, sulfatos y cereales, que como no pueden mojarse se descargan mediante tolva directamente del barco al camión y éste los traslada a almacenes cubiertos dentro del propio puerto. Empresarios del sector consideran innecesario el entoldado de camiones que no van a abandonar las instalaciones portuarias, una maniobra que puede ralentizar la descarga de un buque en un 50%, según sus cálculos, con lo que esas mercancías dirigidas a clientes de Castilla y León acabarán yéndose a otros puertos. "Se preocupan por esas emisiones, cuando están dejando que salga todo el tráfico pesado de El Musel por el barrio más poblado de Gijón, que es La Calzada y eso sí es altamente contaminante", lamentaban las fuentes citadas. Los tráficos, añaden, podrían irse a puertos de otras comunidades, dado que en el puerto de Avilés se están implantando también medidas anticontaminación similares que prevén incluso que la carga en barcos de los productos de Fertiberia se haga mediante cinta y tolva (en El Musel no hay cargas de fertilizantes, sólo descargas).

Otros empresarios del sector, sin embargo, consideran que el entoldado sólo obligará a contratar más camiones para descargar los barcos en el mismo tiempo, siendo éste un coste inferior, opinan.

La norma publicada ayer en el BOPA, también regula los vertidos a la red de saneamiento de la Autoridad Portuaria o al mar; el almacenamiento de residuos peligrosos, el acondicionamiento del terreno para evitar contaminación del suelo y la recogida de residuos de la pesca o de embarcaciones, entre otras cuestiones. El anuncio del BOPA también cita toda la legislación medioambiental aplicable.

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