Falleció en el medio que mejor se movía y que le dio la vida en los últimos años. El gijonés Enrique Sánchez Loché, "el Chanca", hijo del propietario del Camping Gijón de El Rinconín, perdió ayer la vida en aguas del puerto deportivo de Gijón donde trabajaba realizando labores de mantenimiento y cuidado de embarcaciones por cuenta propia. Surfista y pescador, muy conocido en la zona, ayer, como en tantas ocasiones, se había desplazado para trabajar en las labores de conservación por las que le contrataban clientes y usuarios de la dársena.

El cuerpo de Enrique Sánchez, de 56 años, apareció flotando en el Muelle de Oriente a las ocho menos diez de la mañana. Fue una operaria de Emulsa quien dio la voz de alarma sobre la presencia del cadáver, en el agua, de un varón, con cabello oscuro y corto, de mediana edad. Inmediatamente se desplazaron al lugar Policía Portuaria y Bomberos que no pudieron más que certificar el fallecimiento del gijonés. Agentes de Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía completaron el operativo que se alargó hasta las diez cuando se procedió al levantamiento del cadáver en la rampa frente al palacio Revillagigedo.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Rafael Felgueroso, aseguró que se baraja como causa más probable la "muerte natural". El hombre habría sufrido un desvanecimiento y se precipitó al agua. No obstante, las causas de la muerte están siendo investigadas. La directora del puerto deportivo, Flor Guardado, confirmó que no formaba parte de la plantilla de la dársena. "Había clientes que lo contrataban", explicó tras constatar que "tristemente" las aguas del puerto vuelven a ser testigo de un fallecimiento. "Entra dentro de la estadística", enfatizó, tras haber vivido en febrero el traslado del cadáver de otro varón que perdió la vida al ser arrastrado por una ola cuando bajaba a orinar a la playa.

La muerte, ayer, de Enrique Sánchez, "el Chanca", causó gran consternación pues, además de ser un habitual del Muelle, fue uno de los pioneros del surf en Gijón. En la Federación Asturiana se le recordaba como "una institución" en el deporte de las olas, y "una de esas figuras siempre presentes en la playa, con su bici o con su tabla". Junto a sus padres Enrique Sánchez y su madre, Mercedes Loché, ya fallecida, dio vida al camping de El Rinconín, desde donde Enrique inició a muchos en el surf, pues en los días en los que el Cantábrico se levanta, existe frente al camping una rompiente muy buena.

Una bicicleta localizada en el pantalán del Muelle de Oriente, era el último testimonio vivo, ayer, de este gijonés, que encontró en el medio marino algo más que un espacio de evasión y disfrute, fue su forma de vida. El cuerpo fue trasladado al Anatómico Forense para practicarle la autopsia y a primera hora de la tarde quedó instalada la capilla ardiente en el tanatorio de Gijón, donde esta tarde tendrá lugar la celebración de la palabra.