Siempre reticente a salir en las fotografías pero el primero en ir a la calle para atender el problema de un vecino. Así se recuerda en la asociación vecinal "Alfonso Camín", y en toda La Calzada, a Ángel Arroyo Arroyo. El histórico líder vecinal fallecía este sábado a los 79 años de edad. Su funeral tendrá lugar hoy, a las cinco de la tarde, en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima. Arroyo estaba casado con Josefina González Morán y tenía dos hijas y cuatro nietos.

Cántabro de nacimiento, emigrante en Holanda y soldador de profesión, Ángel se vinculó al activismo social en La Calzada a principios de los setenta cuando Manuel Hevia Carriles liderada la asociación de cabezas de familia. "Asistí a una asamblea cuando Hevia Carriles era presidente y coincidí con muchas de las ideas que allí expresó, así que me ofrecí voluntario para trabajar", confesaba a principios de 2004, al recibir el premio de la asociación Iniciativas Deportivo Culturales de La Calzada por su labor en el barrio. Fue una de las pocas veces que ejerció de protagonista quien se autocalificaba como un simple "peón para quien lo importante ye trabayar".

Su trabajo en la asociación vecinal se centró en el urbanismo. Lo suyo era patear la calle. Discreto y activo no había baldosa, farola o banco en mal estado que se le escapase. Una alerta de un vecino conllevaba su visita de inspección y el aviso pertinente al Ayuntamiento para que solucionara el problema. En este ir y venir el Ateneo era su segunda casa.

Trabajador de la empresa Unimet, del grupo Crady, se convirtió en los ochenta en uno de los fundadores de la cooperativa Coema, especializada en armarios metálicos. Tras su jubilación se mantuvo activo en el barrio y extendió su colaboración al grupo ciclista Buenavista, al que acompañaba en sus viajes.