"Estaremos vigilantes, y si las cosas no avanzan, también beligerantes". La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón (FAV) se mostraba ayer "satisfecha" con el resultado de la manifestación celebrada el viernes para exigir la reactivación del plan de vías. Pero la satisfacción por la marcha no significa que los vecinos se desentiendan de la lucha.

La sensación que deja la movilización ciudadana entre los colectivos vecinales es la de que "contábamos con más gente en la calle", y especialmente "más ciudadanos de a pie, porque casi había tantos políticos como vecinos", indica Caravera. Aún así "se vio que hay un interés claro en nuestras reivindicaciones".

Esto es, la movilización de financiación pública a través del Ministerio de Fomento, habida cuenta de que las plusvalías por la venta de terrenos ya no son las que podrían haber sido hace años, cuando se empezó a desarrollar el plan. Y, de manera especial, la construcción de una estación intermodal que permita integrar las comunicaciones ferroviarias en la ciudad con el tráfico de viajeros en autobús. Lo que popularmente se pidió en la manifestación del viernes fue "una nueva estación en la que esté todo junto", y con la máxima centralidad posible, algo a lo que "no podemos renunciar".

Y advierte Tita Caravera que, aunque "a los que les toca empujar ahora es a otros, a los políticos, y especialmente a los de Fomento", los vecinos permanecerán atentos al devenir de las circunstancias. "Esperamos que en el plazo de diez o quince días se convoque una nueva reunión de Gijón al Norte", señala la presidenta de la FAV. Y no sólo eso: "exigimos que esta vez nos vengan con propuestas concretas, de proyectos, plazos y financiación".

De lo contrario "nos veremos obligados a volver a reunir a todos los colectivos ciudadanos para tomar nuevas medidas". Entre ellas, no se descartan nuevas movilizaciones para seguir presionando a las administraciones implicadas en el desarrollo del plan de vías.

Si de algo se congratuló casi todo el mundo el pasado viernes fue del clima de unión entre todos los grupos políticos. Hubo una pequeña "mancha" en la jornada, la de las quejas del presidente del PP local, Mariano Marín, quien rechazó que durante la manifestación se hubieran lanzado proclamas pidiendo la dimisión de la ministra de Fomento, Ana Mato. La reacción de los "populares" gijoneses "no se entiende muy bien", sostiene Tita Caravera, puesto que "los políticos siempre están sometidos a críticas, y ni hubo pitada ante la sede del PP ni se faltó al respeto a la ministra, fue todo muy suave", resalta la líder vecinal.

A juicio de Caravera, lo que falta es "más cultura de calle, de estar al pie de los ciudadanos y saber lo que se reivindica y cómo se reivindica". Porque "lo que tenemos que hacer es exigir responsabilidades a quien las tiene, en este caso los políticos y el Ministerio de Fomento".