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Maxi Rodríguez, "teatrero militante"

El autor de "Carne de gallina" anima a los alumnos de Arte Dramático a afrontar la profesión como una "carrera de fondo"

Maxi Rodríguez y Joaquín Amores, durante el acto. JUAN PLAZA

Maxi Rodríguez desnudó ayer su alma de dramaturgo ante los alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) con motivo de al celebración del Día Mundial del Teatro. El actor, guionista, escritor y director de escena compartió con los estudiantes el "incierto placer de haber convertido mi biografía en espectáculo". Así, explicó cómo siendo todavía un chaval -"por cierto, tendría 23 años, ahora que se cumplen 25 del estreno de "Pretty Woman", bromeó- le convocaron a un foro creativo en la Universidad de Málaga. Allí dio cuenta de cómo el suyo era "un teatro de lo que me pasa", pues sus vivencias proporcionaban material suficiente: "Me sobran conflictos y contradicciones, en fin, que doy bastante juego", planteó Rodríguez tras la felicitación de Joaquín Amores, director de la ESAD, a todos los presentes en el Día Mundial del Teatro. Y, así, tras confesar que para él "todo es teatro: lo que me pasa y lo que no", fue desgranando su experiencia vital, ligada a "una estúpida vocación que me arrastra a dramatizarlo todo".

Habló de su salto "de la nada", cuando disfrutaba de su afición a las tablas en la escuela, en el instituto y, más tarde, en grupos amateur, hasta llegar a la Sociedad Limitada donde, a su juicio, se encuentra la literatura más dramática, "la del IVA, el IRPF...", continuó el autor de "Carne de gallina". Los chavales, que disfrutaron casi tanto como Maxi Rodríguez en su recorrido por la profesión, interrogaron al guionista, escritor y director de escena acerca de algunas de sus contradicciones vitales. "Teatro es no creerse nada", defendió Rodríguez antes de reconocer que, si bien en sus inicios no entraba dentro de sus previsiones salir de Asturias "se me agotó el rollo y acabé quemadísimo" porque necesitaba salir fuera para que se le tuvieran en consideración. "También tenía claro que no trabajaría nunca en televisión", argumentó, "porque eran los que nos quitaban la clientela". Apenas mes y medio después de reafirmarse en esta convicción comenzarían sus tres años de éxitos televisivos como guionista de la serie "Siete Vidas" con la que llegó a recibir un "Ondas". También tenía clarísimo, anunció medio en broma medio en serio, "que nunca iba a hacer nada comercial; crecí haciendo teatro contra el teatro de Arturo Fernández y después dirigí teatro comercial", admitió antes de anunciar también que llegó a experimentar "la terrible frustración como teatrero militante que la gente iba al teatro a ver a los de la tele". Por eso, aunque no se presentó "como modelo de nada" quiso exponer ayer su experiencia para animar a los alumnos de la ESAD a afrontar la profesión como "una carrera de fondo" donde solo el que resiste aguanta y gana y donde, además, resulta necesario relativizar la mochila de agravios "y pensar que vas a resistir". A su juicio, pese a encontrarnos en un mundo hiperconectado, "siempre habrá algo que contar, si algo nos queda es la palabra", reivindicó.

El último trabajo de Maxi Rodríguez, "Carne de gallina", acumula seis candidaturas a los XVIII Premios "Max" de las Artes Escénicas. Y pese a que él trata de quitar importancia a estos logros, mantiene intacta la ilusión de aquel chaval que sentía placer de haber convertido su biografía en espectáculo.

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