La renuncia a su defensa del abogado que hasta la fecha representaba ante los tribunales a la madre y la hija acusadas de estafar casi 6.000 euros en varios restaurantes de la ciudad obligó ayer al juez encargado del caso a suspender el proceso en el que Justina C. I. y Ana Belén O. C. debían enfrentarse a una condena de dos años y tres meses de prisión para cada una de ellas. El magistrado deberá ahora fijar una nueva fecha para celebrar el juicio. La suspensión del proceso llega el mismo día en el que se da a conocer que Justina y Ana Belén deben afrontar una segunda acusación por estafa. En esta ocasión la Fiscalía pide que sean condenadas a un año y cuatro meses de prisión cada una por dejar a deber 807 euros en una frutería de Gijón.

El futuro judicial de estas mujeres cuyas andanzas han hecho correr ríos de tinta podría complicarse. A pesar de que el confitero de Lugones que acusó en septiembre a madre e hija de estafarle 1.000 euros asegura que su denuncia "está archivada", los dos procedimientos que tienen aún abiertos las gijonesas -el que ayer quedó suspendido y el de la frutería-, podrían hacer que la octogenaria y su hija ingresaran en prisión. Una posibilidad que crece si se tiene en cuenta que ambas cuentan con antecedentes por haber sido condenadas en 2012 por un delito de coacciones.

El abogado que hasta ahora ejercía la defensa de las imputadas no quiso explicar ayer los motivos de su renuncia. "Son cuestiones personales", apuntó a la salida del Palacio de Justicia mientras una de sus clientas -Ana Belén O. C.-, intentaba contactar con una nueva letrada en los pasillos de los juzgados. En cualquier caso y aunque el abogado hubiera continuado con su trabajo el juicio por las estafas a hosteleros tampoco se hubiera podido celebrar ya que Justina C. I. presentó hace días en el juzgado un parte médico para justificar su ausencia en la vista oral.

"Al final siempre tienen alguna estrategia", lamentó uno de los hosteleros denunciantes tras conocer la suspensión del juicio. En la vista oral de ayer debían comparecer como afectados cuatro empresarios. El primer estafado fue el propietario de un establecimiento de comida para llevar, situada en la calle Juan Alonso. El fiscal asegura que en julio de 2013 madre e hija se desplazaron a su tienda y "aparentando una solvencia económica que no tenían acordaron un precio de menú diario de 6,5 euros". Dejaron a deber 65 euros. Poco después repitieron estrategia en un restaurante de Marqués de Casa Valdés y en una taberna de Melquiades Álvarez. Su deuda con los hosteleros llegó a los 5.600 euros. Ana Belén O. C. llegó a decir a algunos empresarios que estaba preparando la boda en la catedral de La Almudena con un diputado del PSOE en la Junta General del Principado. La mujer y su madre realizaron regalos de alto valor a los hoteleros para que nos sospecharan de ellas. Para excusar su necesidad de comer fuera de casa todos los días aseguraban que su chalé de Somió estaba en obras.

Las estafas no acabaron con la primera detención policial. La Fiscalía mantiene que en el mes de junio de 2014 simulando de nuevo una solvencia económica impropia de su situación "concertaron de forma verbal con el dueño de una frutería de la calle Mieres de Gijón que les suministrase mediante envío a su domicilio fruta y panadería pagaderos a final de mes". En total acumularon una deuda de 807 euros por la que en un futuro cada una de ellas deberá afrontar otra petición de condena de un año y cuatro meses de cárcel.