La escala ayer por unas horas del crucero "Anthem of the Seas" (Himno de los mares) no sólo trajo miles de turistas a Gijón y a Asturias, sino que también batió un récord en El Musel, al ser el barco de mayor tamaño que ha atracado en el puerto gijonés hasta la fecha. El porte de la embarcación, que con sus 347 metros de eslora, 41 de manga y 168.666 toneladas de registro bruto supera a los mayores graneleros que atracan habitualmente en el muelle de EBHISA, atrajo la curiosidad de numerosos gijoneses, algunos de los cuales subieron hasta la Campa Torres para verlo. Otros pocos, como un grupo de trabajadores de agencias de viajes, tuvieron la oportunidad entrar al buque y ver sus instalaciones, mientras la mayor parte del pasaje pasaba el día en Gijón o en excursiones a Covadonga, Oviedo y otras partes de Asturias.

No fue la elección de todos los turistas, en su mayoría británicos. Una parte del pasaje optó por permanecer a bordo, disfrutando de las atracciones, los cócteles y el solarium de a bordo, en lugar de visitar Gijón. "Nos vamos a quedar aquí y bajaremos en Bilbao" -puerto hacia el que el crucero partió ayer poco antes de las siete de la tarde- señalaba un grupo de escoceses mientras tomaba un refrigerio en una de las terrazas que hay sobre la piscina principal del barco. "Ya bajaremos en este puerto en otro crucero", añadía uno de los turistas, que después de haber navegado por el sur de España, han optado por enrolarse en el viaje inaugural del "Anthem of the Seas".

El barco se estrena con este viaje. El lunes fue bautizado en el astillero alemán Meyer Werft, de Papenburg, donde el armador del barco, la firma estadounidense Royal Caribbean, se dejó mil millones de dólares por su construcción. Una cifra sensiblemente superior a los 100 millones que costaban los barcos de mayor tecnología que hicieron los astilleros gijoneses, los sísmicos de Factorías Vulcano o los 60 millones que se pagaban por los grandes quimiqueros que salieron de los diques secos gijoneses.

Con sus 18 cubiertas, el "Anthem of the Seas" es uno de los mayores cruceros del mundo, pero no el mayor. En lo que verdaderamente destaca este barco que transporta 4.905 pasajeros y 2.304 tripulantes, es en su tecnología. Desde una coctelería robotizada hasta una sala de espectáculos que abarca tres cubiertas y en la que sobre su cristalera, que abarca 270 grados, se realizan proyecciones, oscureciendo los cristales. Además de la "North Star", un observatorio panorámico que se eleva con una grúa sobre la cubierta superior, hasta alcanzar los noventa metros de altura sobre el nivel del mar.

Algunos de los lujos del crucero son sus camarotes interiores con "balcón virtual" en el que se proyecta en tiempo real la imagen del mar o de varios de los destinos del crucero, así como espacios de ocio únicos en cruceros, como el simulador de caída libre en paracaidismo o la mayor cancha polivalente en un crucero, en la que se pueden jugar partidos de baloncesto, hockey sobre patines o transformarla en una pista de coches de choque.

Por 1.000 a 1.200 euros por persona en camarote doble, sin incluir bebidas alcohólicas ni refrescos, se puede disfrutar de una semana en el barco. Para lujos, la Suite Real, que abarca varios pisos y para la que el pasaje se eleva a 10.000 euros.

Salas de fiesta, un teatro con capacidad para 1.300 espectadores (100 más que el Teatro Jovellanos) en el que se representan musicales de Broadway, tiendas con marcas de lujo, una escuela de circo, un rocódromo, un simulador de olas de surf, 18 restaurantes con variedad culinaria, incluyendo uno para personas a dieta con menús de menos de 500 calorías, y en los que se puede reservar mesa a cualquier hora con tablets distribuidas por el barco o con el móvil, son otros de sus atractivos. También un casino apto para fumadores, que tiene restringido sólo a algunas zonas el poder fumar y espacios de animación infantil. El barco fue visitado ayer por la presidenta de El Musel, Rosa Aza, que entregó una metopa al capitán por esta primera escala en Gijón. Probablemente no será la última.