A las víctimas de Andrés Avelino Fernández, el pinche de cocina del Lavaderu condenado a 48 años de cárcel por intoxicar a 18 de sus compañeros de trabajo administrándoles un medicamento en sus comidas durante años, les ha quedado un sabor "agridulce" después de conocer la sentencia del juzgado de lo penal número 1 de Gijón que cerró el jueves el caso. Los denunciantes se mostraron ayer satisfechos con la pena pero descontentos con la decisión del juez de abrir la puerta a que las indemnizaciones por lo sucedido las deba asumir el propietario del local en el que tuvieron lugar los hechos. Algún empleado ha anunciado ya incluso su intención de renunciar a la parte que le corresponde si finalmente el dueño de la sidrería es quién debe pagar unas cantidades que suman 43.580 euros y a las que aún hay que sumar los 17.091 euros que se conceden como pago al Servicio de Salud del Principado.

"Me parece muy injusto que ahora tenga que ser el que tenía el bar el que tenga que pagar. El que hizo daño fue Avelino, no el jefe. No tiene lógica que alguien tenga que pagar por lo que hizo otra persona", argumentó Yolanda Pérez, extrabajadora del Lavaderu. No es la única descontenta con este aspecto de la sentencia judicial. "Con la condena no tengo problema ninguno porque se que no va a vivir para cumplirla pero lo del dinero me parece fatal. Si el dueño del bar tiene que pagar no pienso cobrar mi parte porque él no me hizo nada. Él fue quién puso la denuncia y llevó ante la justicia a Avelino", enfatizó por su parte Cristina Blesa.

En su sentencia el juez Lino Rubio considera que la empresa propietaria del Lavaderu en el momento en que se destaparon las intoxicaciones -Peñasanta Hostelería S. L.-, debe ser considerada responsable civil subsidiaria de las indemnizaciones derivadas de los 12 delitos y de las seis faltas de lesiones cometidas por el pinche. Para llegar a esta conclusión el magistrado se basa en que el delito se encuentra "inscrito dentro del ejercicio normal o anormal de las funciones encomendadas en el seno de la actividad, admitiéndose las extralimitaciones en el servicio pues difícilmente se generaría la responsabilidad civil cuando el dependiente cumple escrupulosamente sus tareas", argumenta Rubio.

La explicación no parece convencer a los demandantes. "Es todo absurdo, al final tiene que gastar dinero el que hizo que se destapara el caso. Así te planteas que para qué vas a denunciar", aseguró Vanesa García. A ella le corresponde una de las indemnizaciones más altas. "No esperaba el dinero, yo sólo quería que se hiciera justicia", aseguró ayer la exempleada del Lavaderu. García tuvo que ir al médico hasta en siete ocasiones. Las intoxicaciones la llevaron incluso a ingresar en el hospital. Ayer, nada más conocer la sentencia, esta mujer no podía evitar acordarse de lo que tuvo que vivir dentro de la sidrería. "Un día cuando volvía a casa después del trabajo había tomado una cerveza y me hizo efecto el medicamento. Me desmayé en medio de la calle y me rompí un diente. De aquella pesaba 40 kilos, estaba consumida", recordó.

El juez asegura que las "pruebas indiciarias" presentadas durante el acto del juicio oral han justificado suficientemente la culpabilidad de Andrés Avelino Fernández. El magistrado mantiene que el pinche llegó a acudir hasta dos veces al mes a una farmacia situada en Cimadevilla en donde compraba Colme, el medicamento con el que intoxicaba a sus víctimas. Sólo unas gotas arrojadas sobre la comida o en una botella de agua bastaban para que los denunciantes sufrieran vómitos, mareos o pérdidas de peso. Fernández se defendió ante el juez achacando lo sucedido a la mala vida de sus compañeros.

A pesar de considerar al reo responsable de todas las intoxicaciones el juzgado archiva una de las denuncias al tener en cuenta que en ese caso y dado el tiempo transcurrido desde que tuvieron lugar los hechos, el delito está prescrito. "A mi me intoxicó desde 2006 y en la sentencia sólo viene recogido lo que me hizo en los últimos años", lamentó en este sentido Yolanda Pérez admitiendo, no obstante, "que los 48 años de cárcel no los va a cumplir, no le da ya ni tiempo".